miércoles, 22 de julio de 2020

CARLA MERINO: "Entreno, Trabajo en mi Casa y Sueño con Pelear por un Título"


El sitio web "A LA VERA DEL RING" publicó la nota a Carla Merino que reproducimos a continuación (Foto: ACCIÓN DEPORTIVA / LV16 RADIO RÍO CUARTO).

Debutó como boxeadora profesional el Día del Amigo de 2019 en Justiniano Posse, Córdoba. Le ganó por puntos a la local Juliana Basualdo. Hizo dos peleas más (perdió una por decisión en fallo cerrado en Buenos Aires y ganó otra en Río Cuarto) y cuando estaba lista para una nueva presentación, se bajó la cortina de la cuarentena y todo se detuvo, quedándose con las ganas y la necesidad de combatir.
Hablamos de Carla Merino, quien nació el 10 de septiembre de 1999 en la ciudad de Buenos Aires pero vivió casi toda su vida en Río Cuarto. Entró a un gimnasio hace 9 años y nunca más pudo abandonar su pasión por entrenar y por el boxeo.
La pandemia cambió algo de su agenda pero no por ello dejó de entrenar. Hablo con "A LA VERA DEL RING" de cómo vive en estos días tan especiales que abruman a la humanidad: “mi rutina consiste en levantarme temprano y no más de las 7,30 salgo desde mi casa en barrio Alberdi a correr al costado de la Ruta 8. Hago todos los días 5 kilómetros”.
Una vez que termina la primera parte de entrenamiento del día, regresa a su casa pero no para quedarse sentada. “Llego de correr y hago las tareas de limpieza, ordeno y cocino. Vivo con mi papá Carlos. Me gusta cocinar, eso sí, somos solo dos para comer pero tengo que hacer dos recetas diferentes, una con más calorías para mi papá y otra más liviana para mí. Trato de cuidarme, de comer lo mas sano posible, con lo que se puede, pero si le hago caso a todo lo que me pide la nutricionista no alcanza el presupuesto. Son tiempos difíciles y no hay mucho trabajo”.
En cuanto a las cuestiones gastronómicas, Carla cuenta: “la receta preferida de mi viejo son las milanesas y las hamburguesas caseras. Igualmente comiendo y entrenando estoy bastante bien de peso, solo estoy un par de kilitos por encima de la última pelea que hice, que fue con 50,800 kilogramos”.
Carla agradece el esfuerzo y el acompañamiento de su padre para estar en el boxeo: “Mi papá Carlos está orgulloso de que boxee”. Contó que “él fue quien me impulsó, hace 9 años él me llevó a un gimnasio para hace deporte porque estaba gordita. Pero yo soy metida y me dio mucha curiosidad ver como en el mismo lugar algunos practicaban boxeo. Entonce empecé, me gustó, y enseguida lo tomé en serio. Puedo boxear gracias al esfuerzo de mi papá. No tengo un trabajo fuera de casa, pero tengo una ayuda de Deportes Río Cuarto. Vengo tironeando, hago cosas para vender. Amaso fideos caseros y los vendo los fines de semana”.
Pero luego de trabajar en su casa, la tarde cuenta con el segundo turno de actividad física. “El entrenamiento lo completo por la tarde. Después de almorzar y dormir la siesta, en estos tiempos de pandemia, hago mi rutina sola, durante dos horas, en un gimnasio particular. Ya sea de 16 a 18 hs. o de 18 a 20 hs., depende de cuándo esté libre. Por ahora no puedo guantear ni hacer manoplas ni otros ejercicios de boxeo, pero al menos cuido mi peso y mantengo ritmo de entrenamiento. Me orienta a la distancia mi técnico Alejandro Aguirre”.Lo que siente Carla que le faltan a sus días son las peleas. “En estos tiempos tan difíciles de la pandemia, se vive con mucho stress. Antes te decían que peleabas en tal fecha, en tal lugar y con tal rival, y vos tenías fija la fecha e ibas trabajando pensando en eso. Pero hoy está todo frenado. Todo esto que vivimos es muy jodido para los deportistas”, dijo con preocupación.
A ´la Muñequita´, tal su apodo boxístico, recuerda su primera noche de boxeo y habla de los matices que separan al amateurismo del profesionalismo. “Recuerdo mi primera pelea, estaba muy nerviosa, no me podía mover. Para colmo peleaba con una chica que tenía experiencia. Recién en el segundo round me relajé y disfruté. Hay diferencias entre pelear como amateur y como profesional, el cabezal te frena mucho, es mejor pelear sin cabezal. Cuando sos profesional ya tenés más experiencia, tenés más técnica, es mejor, es mucho el cambio, te hace sentir mejor”, comentó.
En esta interminable cuarentena entrena, trabaja en su casa pero también se propone metas para cuando el boxeo se reactive. Como si estuviera soñando despierta, nos cuenta que “mientras espero volver a pelear, mi objetivo es ir sumando experiencia, quiero hacer algunas peleas más y después tener una chance por un título”.
No todos los boxeadores ven boxeo por televisión. Pero Carla lo hace y no solo como entretenimiento. Nos cuenta: “me gusta aprender viendo combates por TV, también critico lo que veo. Además, siempre hay que mirar sobre todo a las boxeadores de tu categoría porque algunas vez te puede tocar enfrentarlas”.
En cuanto a sus colegas destaca a (Marcela) ´la Tigresa´ (Acuña) y Yésica Bopp, y también a (Daniela) ´la Bonita´ Bermúdez que para mi es la más fuerte. Pero la que más me gusta hoy es la otra Bermúdez, Evelyn, que boxea bien y es veloz”.
Una de las cosas que más le gusta a Carla es combatir en Río Cuarto. “Cuando peleo aquí tratan de ir todos mis familiares, es importante que te hagan el aguante. Me gusta más pelear de local que afuera. Algunos boxeadores se ponen nerviosos peleando ante los conocidos pero a mí me encanta. Sobre todo porque me puede ver mi familia”, comenta.
A la hora de hablar de sus condiciones pugilísticas dice: “mi principal característica sobre el ring es el contraataque, siempre respondo cada vez que mi rival me ataca, nunca me quedo. Además, siempre subo bien físicamente, solo paro de entrenar dos semanas al año, para las fiestas de fin de año”.
Asegura que no le gusta escucharse cuando le hacen una nota en los medios: “soy muy tímida. Pero lo que me llama la atención es cómo la gente me escribe cuando aparezco en en los diarios, la radio o la TV”.
A Merino le gusta mucho el fútbol y es hincha de River Plate, incluso varias veces subió a pelear con una pollerita de color blanco con la banda roja en diagonal.
Su novio no tiene problemas en que ella boxee. Y claro, que podría reprocharle si es Jonathan Gatto, también pugilista, pero amateur.
Por ahora sigue con su vida de hogar y gimnasio. Espera con ansiedad el regreso, no solo del boxeo, sino de una vida normal que se asemeje a la que dejamos a mediados de marzo, cuando comenzó la cuarentena y todo cambió, no solo en el país sino en el mundo entero.