sábado, 12 de septiembre de 2020

GUSTAVO BALLAS: "FUE MUCHO PARA UN PIBE QUE NO TENÍA LOS PIES EN LA TIERRA"


El sitio web "CUYONOTICIAS" publicó la nota a Gustavo Ballas que reproducimos a continuación (Fotos del mismo medio).

12 de setiembre de 1981: El cordobés aquerenciado en Mendoza, Gustavo Ballas se consagró como primer Campeón Mundial Supermosca de la historia, reconocido por la A.M.B.
En el Luna Park, que lució como en sus noches mas felices, “Mandrake” le pegó soberana paliza al coreano Suk-Chul Bae, para vencerlo por nocaut técnico en 8 vueltas.
Más de 18.000 espectadores ovacionaron largamente al brillante estilista cordobés, que vivió por muchos años en la provincia de Mendoza. fue el primer boxeador argentino en conseguir un título mundial invicto.
En su primera defensa (15 de diciembre de 1981) perdió por puntos ante Rafael Pedroza, en Panamá. Además, en la categoría Supermosca, fue campeón argentino, sudamericano y latinoamericano, y recibió varios reconocimientos, pero de a poco el alcoholismo lo fue marginando de todo, hasta perderlo todo.
Fue campeón provincial, dos veces campeón argentino, campeón sudamericano, latinoamericano y fue el primero que consiguió el título del mundo invicto con 56 peleas.
Conoció la gloria y el éxito a los 23 cuando conquistó el título del mundo. “Llegué a ser la figurita del momento, a los 19 llenaba el Luna Park y eso fue malísimo”.
“No estaba preparado. Yo veía a mis referentes pelear ahí, y de pronto el Luna Park fue mucho para un pibe que no tenía los pies en la tierra”
.
“Me crié sin poder decir la palabra mamá, no la tuve pero la conocí a los 23 ya de grande. El disparador de caer en la droga fue ese. Cuando la tuve enfrente a esa señora fue muy fuerte”.
“Mi papá crió a mis cuatro hermanos y a los 16 perdí a mi papá antes de ir a Mendoza. Quedé solo”
, subrayó el ex campeón.
Hoy brinda charlas sobre cómo tomar conciencia sobre drogadicción y alcoholismo. Casi sin darse cuenta quedó inmerso en un mundo artificial donde el dinero que ganó sobre el ring, y el entorno, lo llevó a conocer la noche y todo lo que ella abarca.
“Es muy difícil tirar lo que hice con mi vida delante de un micrófono. Me cuido por el doble mensaje, mirá si un joven dice por ahí: ‘quién dijo que la droga mata, mirá al petiso este, está bárbaro’. Hay que tener cuidado con el mensaje”