El sitio web "CUATRO CUATRO DOS" publicó la nota de Gustavo Méndez para PERFIL a Alberto Melián, que reproducimos a continuación (Foto de la misma fuente).
Frente al mar de Santa Mónica, Alberto Melián entrena doble turno en el Churchill Boxing Club, el centro deportivo por el que pasaron Canelo Álvarez y Gennady Golovkin, leyendas actuales del boxeo mundial. Melián recibe a PERFIL en Los Ángeles, abre las puertas de su intimidad boxística y personal, a pocos días de la pelea contra el mexicano Leonardo León Báez, de 23 años, por el Título Supergallo N.A.B.A. de la A.M.B.
“Más rápido”, le exige Cris Camacho, el hombre a cargo de la preparación física. Cerca camina Pedro Neme, entrenador y hombre de confianza de "Impacto", aquel que le da las órdenes desde el rincón en cada batalla.
El gimnasio que visita PERFIL es propiedad del cineasta Peter Berg (Hankock, Battleship), un verdadero aficionado del boxeo, y amigo íntimo de Oscar De La Hoya, el representante de Melián desde hace ocho meses con la firma Golden Boy Promotions. Tras finalizar la rutina matutina, Melián, nacido hace 29 años en Villa Dolores, Córdoba, con 5 peleas ganadas y cero derrotas en su corta carrera profesional, y de una gran trayectoria como púgil amateur en representación de la Selección Argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, hincha fanático de Argentinos Juniors, se acomoda -sin relajarse, como si estuviera por sonar la campana- en uno de los sillones de la oficina de Berg, casualmente -o no-, justo debajo de un guante firmado por un tal Muhammad Alí porque en Los Ángeles nada es casual, la vida de cualquiera que llegue con sueños tiene los condimentos de una película de Hollywood. Y Melian empezó a escribir el guión de su propia película.
- ¿Cómo te preparás para la pelea contra Báez?
- Estoy muy bien, metí seis semanas de campamento con mi entrenador Pedro Neme Jr.. Acá lo que tiene muy bueno es que tenés sparring de gran nivel, estuvimos pagando los guanteos para tener buenos entrenamientos, algunos fueron sparrings de Pacquiao. Estoy entrenando desde que me fui de Argentina a Eslovenia en julio del año pasado (estuvo tres meses y medio en Europa).
- Y te convocaron desde Golden Boy Promotions...
- Firmé en diciembre.
- ¿Cómo es el contrato con Golden Boy?
- Es por tres años y la paga es por bolsa de pelea. El primer año son cinco peleas, el segundo año son cinco y cuatro o tres el tercer año. Pero de llegar a un Título Mundial ese contrato se disuelve y se arma otro.
- ¿Dónde creés que le podés ganar a Báez?
- Vi videos y creo que en la larga distancia puedo sacar ventajas, y creo que tengo más experiencia que él que es un boxeador más joven, y le puedo ganar en velocidad.
- ¿Creés que vas a ganar por Knock Out?
- Mi trabajo será tratar de desgastarlo, y si encuentro un momento justo para meter una mano, lo voy a aprovechar, estoy preparado para eso.
- ¿Cómo es vivir en Los Ángeles?
- Y la verdad no me costó mucho adaptarme acá. No vine a relacionarme con la gente, vine a trabajar, y cuando tengo descanso me voy a visitar a la familia. No me compré ni televisor.
- ¿Cómo es un día de entrenamiento?
- Arranco con el primer entrenamiento a las 6 de la mañana, y ahora se extendió un poquito la hora por el tema del descanso cercano a la pelea. Los días de trabajo más duros los tuve cuando hice guanteo con los sparrings que se suben uno atrás de otro. Los días de semana hago 10 kilómetros de correr en la montaña.
- ¿Qué mejoraste desde que estás en E.E.U.U.?
- La derecha, no la sacaba mucho, el jab de izquierda también, y la posición de las piernas. Hicimos mucho trabajo de mecánica, de cuerpo, para pegar más fuerte.
- ¿Qué tenes que mejorar todavía?- La defensa, y a veces cuando me pegan que me enloquezco, que me quiero ir al toma y dame. Me falta saber manejar la pelea.
- ¿Hablás con De La Hoya?
- No. Lo vi en la reunión en la que firmamos el contrato en Houston, pensé que ni me registraba, y cuando dice: “Alberto Melián, dos veces olímpico, trabaja con la empresa, se va a estar presentando mañan...” me quedé helado. Al finalizar me dice: “Alberto, ¿cómo estás? Vos sos el próximo campeón argentino”, y yo no lo podía creer. Me dio mucha motivación.
- A la distancia, ¿Cómo ves el boxeo amateur y profesional en Argentina?
- En lo amateur mejoró bastante. Después en lo profesional, más o menos, inflan mucho los récords de los boxeadores, tienen 15 peleas con boxeadores de menor calidad, y cuando vienen acá con ese récord lo voltea un sparring. Y además, lo mas importante es que no hay una buena paga y yo creo que se maneja buena plata en el boxeo nacional. Hay transmisión, publicidad, municipios, provincia... la plata está y lo que le llega es poco al boxeador.
- ¿Entonces?
- Mirá antes de irme de Argentina yo tenia otro manager, con quien no firmé contrato, después de ganar dos peleas y no estar agarrando casi plata, en comparación con lo que ganaba como amateur en la Selección Argentina. Le digo que lo voy a pensar y al tiempo me cuadriplicó lo que ganaba. Ahí te das cuenta que perdí mucha plata con las peleas anteriores que llené Argentinos Juniors y el estadio de Villa Dolores, donde metí 3500 personas. Falta mejorar la paga.
- ¿Cómo quedó la relación con Sampson Lewkowitz y Maravilla Box?
- Bien. Ambas partes vemos al boxeo como un negocio. Y que es un problema de otros boxeadores que no saben ver el negocio, solo quieren pelear, y ahí se equivocan. O sea, vos te tenés que poner firme con un promotor. Pasa que el boxeador se da cuenta tarde siempre. Capaz que es el deportista, siempre te das cuenta cuando ya pasó o cuando te cuentan: “Che, fulano te agarró tanto”. Entre una cosa y la otra vas empezando a desconfiar.
- ¿Qué es lo más duro de ser boxeador?
- Y lo que me toca a mí es estar lejos de la familia, pero bueno, son gajes del oficio.
- ¿Hace cuánto que no vas a la Argentina?
- Hace un mes y medio, antes de venirme para acá. Por suerte, después de agarrar con Golden Boy y después de la primera pelea ya me pude volver y estuve con la familia. Lo más difícil para mí, es no ver crecer a mi hijo.
- ¿Cuántos años tiene tu hijo?
- Tahiel tiene cinco. El tiempo no se compra con nada. Para mí eso es lo más difícil, lo más duro. Después, mandame a entrenar dos horas y media, que te entreno, me preparo la cabeza para lo que sea, para correr en la montaña, para tener sparrings a diez rounds, doce rounds, pero hay cosas, el sentimiento, lo sentimental va mas allá de todo.
- Tato te acompaña mucho, le gusta ponerse los guantes. Ahora que conocés bien la vida del boxeador, ¿te gustaría que él sea boxeador?
- A mí me gustaría, como decía mi mamá cuando era chico, que sea buena persona. A mi me pasaba que yo repetía de grado porque no era bueno para el colegio y mi mamá me agarraba y me decía, cuando se juntaba la familia, con mis primos: “Lo importante es que ustedes (hermanos) sean buenas personas”, y ella me guió por ese camino siempre, y lo que creo yo es que para mí lo importante de Tahiel, es que sea buena persona, después que él elija lo que quiera, yo lo voy a apoyar. Sea boxeo, sea fútbol, sea lo que sea. A mi hijo le gusta mucho. El tiene guantes, y todos los días por ejemplo, ahí jugando con los amigos, se pone los guantes y esas cosas pero es como que lo lleva en la sangre. Todos los sábados se mira boxeo en mi casa, mi papá, siempre. Y mi nene, antes de aprender a caminar, ya tenía la manito cerrada y tiraba golpes.
- ¿Te gusta que estudie y que no repita errores de tu pasado?
- Obvio, la educación yo creo que es fundamental, va a jornada completa. Yo averigüé cuál era el mejor jardín de la zona de Floresta, en el que más aprendían (mis viejos viven en Floresta). Se llama Jardín de la Estación, es lo mejor de toda la zona. Es un colegio que es caro pero el nivel de enseñanza de las maestras, la paciencia que tienen y todo es buenísimo. Él fue abanderado ahora, en el último acto que yo lo vi fue abanderado, él me dice que se porta muy bien y todo.
- Sería la tercera generación de boxeadores de la familia porque está tu viejo y vos...
- Con la diferencia que mi papá nunca quiso que yo sea boxeador, entonces él siempre me limitaba.
- ¿Por qué?
- Él quería que siga otra cosa, fútbol. Y bueno y como yo jugaba al fútbol él quería eso. No quería por el sacrificio, no me veía preparado. Mi viejo lo sufrió mucho. A él le pasó lo mismo que a mí pero con Córdoba y Buenos Aires. Se fue de Córdoba, de un pueblito, a probar suerte a Buenos Aires, a los 18 años, hasta que se acomodó, y ahí pudieron ir mi mamá, mis hermanas, yo...
- Si le ganás a Báez, ¿quién querés que sea el siguiente rival?
- Y por ahora yo quiero pelear con Baéz, quiero ganar, quiero ganar bien. Yo quiero que sea prioridad esta pelea, después de esto acepto lo que venga
- ¿Y cuál es tu sueño?
- Mi sueño actualmente es ganarle a los grandes boxeadores de la división. Con los cuatro primeros nombres, son Daniel Román, Rey Vargas, (Emmanuel) Navarrete y el otro no lo tengo, pero son mas o menos a lo que aspiro, a los que les quiero ganar.
- ¿Y hay chances de armar esas peleas?
- Hay chances, yo estoy rankeado número cinco en la A.M.B., es cuestión de que salga, de que se presente la oportunidad, y sería dentro de tres meses.
- ¿Tenés pasaje de vuelta a Argentina?
- No, no tengo. Termina la pelea y quiero volver. Ya quiero volver. Me invitaron a Las Vegas a ver la pelea de Pacquiao, que pelea el día sábado 20, pero todavía no sé. Tengo ganas de estar con la familia, ir a ver al Bicho en la Paternal, y me voy de vacaciones a Brasil con mi mamá y mi hijo.