jueves, 14 de marzo de 2019

MIGLIORE, CUANDO LA CULPA NO ES DEL BOXEO


El "DIARIO POPULAR" publicó la nota de Gustavo Nigrelli que reproducimos a continuación. (Fotografía del mismo medio)

El Loco Migliore, que bien o mal siempre jugó al fútbol (o atajó), ahora tiene pretensiones de boxeador y se sacó las ganas el último sábado en Ramos Mejía ante un "no boxeador" en una riña (¿rentada?), que lejos estuvo de ser algo serio, ni legal. Terminó en el 1º round, con un acting vergonzante de su "oponente".
Pablo Migliore, el ex arquero de Boca –entre otros clubes- cree que debutó como boxeador profesional. Y lo que es peor, la gente y parte de la prensa no especializada –la mayoría-, también lo cree. A eso le suma creer haber ganado por KO 1.
Cómo explicarles a todos que no fue así. Cómo hacerles entender las diferencias que hay entre el BOXEO y ponerse los guantes para darse de golpes.Quizás se entienda mejor llevándolo al fútbol, y comparar un picado, o más que eso, si se quiere, un torneo barrial, con el fútbol profesional.
Lo que hizo El Loco Migliore el sábado pasado en la Sociedad de Fomento Villa Don Bosco de Ramos Mejía, frente a Diego “El Macho” Merlo, de 40 años, fue algo así como que dos de nuestros lectores se pusieran los guantes y jugaran a ser boxeadores, aunque se pegaran en serio.
(N. de R.: Merlo fue “Campeón Latino” en la W.P.C., para entender el nivel de seriedad de esta entidad. Es la misma que hacía pelear a los muertos, a púgiles con licencia cambiada o trucha, y a tipos de 40 años contra pibes de 19, entre otras calamidades).
Si hilamos finito reglamentariamente, Migliore tampoco ganó por KO 1, como se dijo, sino por KOT 1, ya que su rival cayó tres veces. Y en todos los reglamentos del mundo, aún en el de la W.P.C. (Comisión Mundial de Pugilismo) que aprobó la riña, tres caídas en un mismo round es KOT.
Y si no lo es, para que sea KO la cuenta de protección debe llegar a 10, cosa que no sucedió porque el árbitro la paró sin efectuar conteo en la tercera “caída”. Detalles.
Caídas es una forma de decir, porque lo que hacía el Macho Merlo era zambullirse descaradamente, en un simulacro notorio hasta para un aprendiz. Si nadie lo advirtió fue porque entre los asistentes había complicidad, o ni siquiera llegaban al básico rango de aprendices.
La duda es si fue un simulacro premeditado, o si la cosa salió así improvisada como “entendiendo el juego”, y el ex arquero realmente creyó que su pegada es la de un Tyson en ciernes.
Migliore peleó sin licencia F.A.B., que es la que vale oficialmente. Y no la podrá obtener porque viola la mayoría de los requerimientos para conseguirla, que es cumplir con una etapa amateur de 3 años (antes eran 2 y 40 peleas), y tener como máximo hasta 32 años cumplidos (antes eran 28).
Migliore tiene 37. ¿A título de qué hacer una excepción? De otorgársela, cosa que la Comisión Profesional de la F.A.B. ya dijo que jamás lo hará, ¿cómo negársela luego a todos aquellos que se crean con derecho a solicitarla después de dársela a Migliore, sin ser acusados de discriminación -en el mejor de los casos-?Sin ir más lejos, el primero en anotarse en la lista sería el artista marcial Acero Cali, presente en el estadio junto al Chiqui Tapia, presidente de la A.F.A. y amigo del Loco, con quien lo unen los mismos colores desde su época de barrabrava de Boca.
Acero Cali, quien se retiró hasta de su propio deporte de combate tras perder contra El Ninja -que era un simple entusiasta-, en su ignorancia, o hambre de notoriedad, desafió a pelear al Chino Maidana, que busca reaparecer en el boxeo. ¿No puede en su especialidad y quiere boxear?
Y Maravilla Martínez, que no le va en zaga al kickboxer, ni lerdo ni perezoso lo desafió a éste, pero eso será material para la próxima columna.
La F.A.B. hace lo correcto. ¿Pero es inteligente su postura de hacer cumplir sus reglamentos a rajatabla, cuando muchas de sus reglas se han flexibilizado y lo seguirán haciendo a medida que pase el tiempo y evolucione la sociedad?
Migliore peleará igual, con quien sea, boxeador o no. Correrá riesgos –lo más probable es que no, si todas las peleas son como ésta-. No está allí el problema, sinceramente. ¿Cambia en algo que la F.A.B. lo autorice y comience a rever muchas de sus reglas, máxime en un momento de crisis como éste, donde la pelea de Migliore tuvo más repercusión periodística que cualquier otra?
Estamos escribiendo sobre este acontecimiento no por ser boxístico ni deportivo, sino por ser periodístico. Si avanzamos un paso más, ser periodístico y “vendible” va de la mano con lo económico. Ergo, con ser “negocio”. ¿No se compatibiliza este razonamiento con el que nos esgrimen a veces cuando afirman: “esto es un negocio”, queriendo justificar lo injustificable?
¿No es el boxeo un negocio acaso para dirigentes y promotores? ¿No se han cansado de refregárnoslo -en off- por nuestras narices cuando quieren atenuar un ilícito?
Entonces, ¿dónde está el límite del negocio y del deporte? ¿Cuándo y por qué una cosa se puede –por ejemplo, un fallo localista, una alteración reglamentaria, etc.- y otra no?
El caso Migliore puede tener derivaciones impensadas, hacia un lado u otro. Puede ser el punto de partida para la informalidad total de las reglas, o de la defensa acérrima de las mismas, según la postura que triunfe dentro de un contexto de reflexión que históricamente fue de corte conservador.
El boxeo no es una isla, y siempre estuvo atravesado por lo económico-social. Y así como en ella se aprobó el matrimonio igualitario, se puja por el aborto y la diversidad de géneros, un día que no extrañe ver a un boxeador peleando contra un futbolista, mucho antes de que admitan a aquel en la Primera de Boca. Que no extrañe una pelea de ancianos, mancos, etc. De hecho, la avalancha de pedidos de licencia de mayores de 40 años después de que la FAB se la dio a Maravilla Martínez, fue cuantiosa.
Entonces un día, por negocio, por libertad (o libertinaje), cualquiera podrá debutar como boxeador en cualquier momento, sin serlo, y curiosamente, a la edad en la que quienes verdaderamente lo son, se retiran.