El sitio web "LA VOZ DEPORTIVA" del diario "LA VOZ DE SAN JUSTO" publicó la nota a Roberto Gutiérrez que reproducimos a continuación (Foto del mismo medio).
Roberto Gutiérrez dejó la práctica profesional de boxeo pero a todas sus energías las vuelca en un noble proyecto: abrirá un gimnasio gratuito en el corazón de barrio Acapulco para darle un espacio a los niños y jóvenes que viven en ese desangelado sector de Josefina.
Desde San Cayetano se oyen los disparos noche tras noche, las explosiones rajan el silencio del barrio y se transforman en la banda sonora de las horas más oscuras. Como todo vecino, Roberto Gutiérrez se resiste a acostumbrase mientras apoya la cabeza en la almohada y trata de que el sueño le gane a la preocupación porque al otro día hay que ir a trabajar.
Como todo vecino, Roberto se entera por las noticias del triste saldo de la noche anterior. Lee los comentarios. Mastica bronca cuando alguien opina sin conocer o propone alguna solución sin siquiera haber pisado las calles del barrio desangelado de donde llegan los estruendos.
La diferencia es que Roberto sí se puso en acción. Conoce el paño porque es oriundo de Josefina, porque sabe de la problemática, porque habla con los chicos que viven día a día la complicada situación de Acapulco.
Y como por más que ya no lo practique de manera profesional lleva al boxeo en su sangre, sabe que no queda otra que ponerse a pelear en el día a día.
"Yo podría haberme puesto un gimnasio en Josefina, pero como yo no lo hago por plata, necesitaba la motivación de saber que estoy haciendo algo por alguien", contará en la charla.
Ese algo es regalar el tesoro más preciado que se pueda entregar: tiempo. Y ese alguien son los chicos que hoy componen la franja más endeble de un lugar donde la violencia está al orden del día.
El sueño del gimnasio gratuito para niños y jóvenes en el corazón de Acapulco ya comenzó a tomar forma. Y Roberto charla con "LA VOZ DE SAN JUSTO" para pedirle a la gente que lo ayude a ayudar.
Un final y un comienzo
Gutiérrez no terminó su carrera de boxeador de la manera más deseada. En su última pelea le dieron una paliza y le dolió haber dejado esa última imagen. Intentó reponerse, pero un accidente lo dejó inactivo por mucho tiempo y cuando quiso retomar notó que su cuerpo ya no le respondía como antes.
"Cuando perdí con Trosch en Santiago del Estero no me dolió la derrota, me dolió mucho haber defraudado. Había mucha gente que confiaba en mí: la empresa donde trabajo que es Sachs, mis auspiciantes, amigos de Josefina y de San Francisco. Pero más allá de eso, al siguiente lunes ya estaba en el gimnasio entrenando, yo ya sabía cómo era perder de mi etapa de amateur", cuenta.
Pero la suerte tenía otros planes: "Había arrancado 2017 con todo, preparándome muy fuerte, no tenía ninguna pelea programada pero igual ya estaba en peso. Creo que estaba como nunca. Pero yendo en bici a la pretemporada un auto me abrió la puerta y me fracturé el coxis. Eso me dejó parado todo el año. Cuando inicio este 2018 me doy cuenta que mi cuerpo ya no era el mismo, no respondía como antes, ya no rendía ni en el entrenamiento ni después en el trabajo", confiesa.
Entonces llegó el momento de tomar la decisión: "Hablando con mi familia decidí no volver a pelear más. El boxeo siempre estará dentro de mí, con él logré casi todos los objetivos que me propuse. Solo me faltó un título para devolverle a la gente todo lo que me dio".Su mujer Virginia notó que el retiro le había "pegado", por lo que le propuso empezar a enseñar. "Me pareció una gran idea. Yo tengo la suerte de que en el trabajo siempre me apoyaron en todo, desde el director hasta mis compañeros. Tenía disponibilidad horaria para entrenar, para ir a pelear. Sabía que me iban a acompañar también en esta".
Dándole forma al proyecto
La necesidad de enseñar y ayudar estaba latente pero faltaba darle forma al proyecto, materializarlo en un lugar.
"Pensamos que en San Francisco ya hay muchos gimnasios. Fui a hablar con la intendenta de Josefina y le presenté mi proyecto. Yo plata no necesito, con mi mujer trabajamos los dos y no nos falta nada. Mi motivación tenía que ser otra, cumplir una función social", cuenta "Rober".
"Por eso me propuse abrir un gimnasio de boxeo, gratuito, en Acapulco. No te digo que de un día para el otro vamos a sacar a todos los chicos de la calle, pero sí vamos a darles un espacio donde poder practicar deporte. Los chicos no salen del barrio para ir a entrenar a otro lado, eso casi no pasa. Y la oferta deportiva tampoco es mucha", añadió.
Sabe que el deporte es una herramienta muy valiosa y que tendrá buena aceptación: "El boxeo llama la atención. Muchas veces chicos del barrio me lo pidieron. El tema es que hay que llevárselos ahí y por eso nació este proyecto".
Gutiérrez agradeció el apoyo de la intendenta Jorgelina Sicardi, que le dio a elegir entre tres posibles lugares para instalar el gimnasio. "Solo pedí un lugar físico y enseguida aceptó. Me gustó porque no lo hizo en plena campaña, lo hizo porque le gustó la idea", contó.
Así comenzó todo. El lugar elegido finalmente será el salón de la capilla, muy cerca de donde se produjo el último gran tiroteo, el lunes último.
Pero al ex boxeador no lo amedrentan las noticias, sino que lo motivan a acelerar las gestiones para comenzar a ayudar.
"Rápidamente comencé a asesorarme. Me acompañan la nutricionista María Cecilia Altoaguirre, el psicólogo Julián Finizzola, mi preparador físico Juan Iturburu. No te digo que ellos van a estar siempre ahí conmigo, pero sí me van a orientar y sé que voy a contar con ellos", cuenta.
Lo entusiasma la respuesta que tuvo de amigos y conocidos que cosechó de su etapa de deportista: "Cuando empiezo a hablar con mis auspiciantes, se prendieron todos e incluso surgieron nuevos. Eso me va a servir para poder comprar materiales de entrenamiento de calidad, no de esos que te duran unos meses y se rompen todos".
A Roberto lo desbordan las ideas y las ganas. "Entre los chicos que van a la escuela vamos a incentivarlos con un premio para aquel que traiga las mejores notas. Una remera, un pantalón para salir. En eso cuento con los negocios de ropa que me acompañan. Lo mismo para el mejor compañero", comenta.
Quiere darle su impronta al proyecto: "Va a ser gratuito el gimnasio, pero yo algo les voy a cobrar. Yo voy a invertir mi tiempo en el gimnasio y espero que ellos me paguen con respeto, con disciplina, con compañerismo. Que ellos mismos limpien el lugar y tengan responsabilidades".
La realidad de Acapulco
Gutiérrez conoce lo que pasa en el barrio porque lo recorre, tiene amigos y conocidos. Tiene buena onda con los chicos y habla de lo que pasa. "La convivencia está complicada por lo que todo el mundo sabe. Y yo por eso considero que es donde más se necesita que den una mano como la que yo quiero dar. Yo no me pongo como ejemplo de nada, pero sé la realidad que pasan esos chicos y tengo fe que puedo aportar mi granito de arena", asegura.
Ya está pensando en la capacitación para dar lo mejor de sí: "De todos los entrenadores que tuve aprendí algo, pero también quiero capacitarme y por eso voy a hacer el curso de técnico nacional. Si voy a hacer algo quiero hacerlo bien".
"Yo siento que ya es una realidad, porque ya se empezó a hablar, a gestionar, el proyecto ya está en marcha. No es fácil, va a ser un proceso largo. Tengo muchas ideas y sé que con las ganas que tengo yo y la gente que me acompaña esto va a crecer y si Dios quiere ojalá podamos llegarle a muchos chicos", finalizó.