El diario de San Francisco "LA VOZ DE SAN JUSTO" publicó la nota a Diego Luque que reproducimos a continuación.
Diego "Riña" Luque regresó a San Francisco luego de quedarse el pasado viernes con el título vacante Latino F.I.B. de Peso Welter y habló con "LA VOZ DE SAN JUSTO".
Una de las últimas frases de la charla lo pintó de cuerpo entero. Un tipo humilde y sencillo, que se hizo bien de abajo y no se olvida de eso. El primer agradecimiento fue para su ex-entrenador, para el "viejito" Adolfo Robledo, quien lo inició en esta actividad, que hoy en día lo tiene bien alto, con un título latino bajo el brazo.
Su victoria ante el bonaerense Gabriel Ledesma le permitió quedarse con la corona vacante Latino F.I.B. de peso welter, sumando así un título más a su palmarés. Fue de punto y terminó pisando muy fuerte. Con todo en contra, sacó a relucir su fuerza y experiencia, para terminar festejando.
Luego de pasar el día siguiente al triunfo en Buenos Aires con su entrenador Sebastián Echenique y parte de su familia, regresó ayer domingo a San Francisco, donde fue recibió como un campeón y festejó a lo grande.
En la tranquilidad de su hogar, Diego "Riña" Luque recibió a "LA VOZ DE SAN JUSTO", para tener un mano a mano imperdible, donde además de analizar la pelea y hablar sobre detalles puntuales, dejó claro que se tomará un descanso muy corto para luego pensar en volver a combatir.
El combate
"Fue una pelea complicada, él era buen boxeador y era una cuestión de que yo quería pegar y no podía, mientras que él podía, pero no quería y no arriesgaba tanto. Más allá de los primeros tres rounds donde conectó buenos golpes. La idea era salir los primeros rounds tranquilo para estudiarlo a ver que hacía y después a partir del cuarto round salimos a trabajar con el planteo que teníamos. Desde ese momento tuve que poner el corazón y salió la pelea como esperaba".
El trabajo físico
"Me sentí muy bien. No me ahogué nunca. Sinceramente, terminó la pelea y sentía que estaba para seguir boxeando, tal vez por la misma adrenalina que me dio la pelea. La emoción me hizo sentir bien, estuve bien de aire. Lo que noté es que me sentía cómodo, pero él estaba desgastado y le costaba terminar los rounds. La verdad que él trabajaba solo los últimos 10 segundos y no mucho más que eso".
De visitante
"Soy tan porfiado que cuando más visitante soy, mejor me siento. Me entusiasmó más tener el público en contra. Me motivaron los silbidos, escuché todo el abucheo y sentía que tenía que pelear contra todos. Fue lindo tener toda la contra y me tuve mucha fe para demostrarles que estaban equivocados en ir en contra mío".
¿Se venía otro fallo polémico?
"En realidad sentí que desde el cuarto round en adelante fui el que tuvo la iniciativa y lo salí a buscar, además vi que él corría y no quería pelear. Todo eso me hizo pensar que lo podía ganar. Pero cuando escuché la segunda tarjeta que lo dio como ganador a él, pensé que me iban a hacer lo mismo que con Jonathan Gastón Chávez (perdió por puntos en fallo polémico) y eso me dio bronca. Iba a salir a hablar y lo iba a decir por televisión que no peleaba nunca más, porque no me pueden hacer esto, que la gente vea una cosa y ellos vean otra, no me sirve y podía ser la segunda vez que me "robaban". Pero gracias a Dios el fallo fue favorable y fue muy importante".
Pesó la experiencia
"Hay que tener mucho respecto por la experiencia. Muchos decían, incluso por la televisión, que él me movió el piso con un par de golpes, pero jamás sentí una mano gracias a Dios. Más allá de los tres primeros rounds que conectó buenos golpes, no sentí nada porque él perdió mucho la potencia y se fue desmoralizando. La experiencia me hizo dar cuenta que él estaba errando mucho y su frustración me motivaba a presionarlo más y hacer que se sienta mal. Me sirvió ver que se refregaba mucho la cara, lo que me demostró que estaba incómodo. La experiencia me llevó a complicarlo mucho. En el cuarto round me tocó el ojo y me metió vaselina, no veía nada con el ojo izquierdo, pero no me refregaba mucho para no demostrar la molestia y darle lugar a que él aproveche eso".
Con su gente
"El festejo a la noche fue tranquilo. Fuimos a cenar con mi entrenador, mi esposa y algunos familiares, que fue la hinchada que tuve. Además hicimos un grupito de amigos ahí de Buenos Aires, que se dieron vuelta en el medio de la pelea para alentarme".
El futuro
"Mi descanso no va a ser mayor a una semana, como para estar un poco más con la familia. Ya después empiezo a entrenar de nuevo como antes. Tenemos intenciones de un título provincial, ver la posibilidad de pelear afuera del país, pero es todo muy apresurado. No hay nada confirmado más allá de que después de una semana empiezo a entrenar. Si uno pierde la pelea hay un tiempo prudencial para volver a pelear, previo a la presentación de estudios de la cabeza, pero al ganar puedo volver a pelear en el corto plazo, algo que lógicamente no va a suceder, pero en dos meses como mucho puedo volver al ring".
Agradecimiento
"El agradecimiento en primer lugar es para Adolfo Robledo que fue mi primer entrenador. El "viejito" fue muy importante en mi carrera, nunca me olvidó de él, fue quien me inició en esto y estuvimos trabajando juntos hasta hace poco. Agradecerle a mi actual entrenador Sebastián Echenique que tiene una voluntad tremenda y me sirvieron todos sus consejos. Al intendente García Aresca por tomarse el tiempo para felicitarme y por lo que hace por este deporte, que es muy importante tener el gimnasio municipal que nos sirve a todos los chicos. A todos los que son parte del gimnasio municipal, al secretario de deportes Juan Iturburu que nos ayuda mucho. Agradecerle a la familia Rojas de San Jorge, que fueron importantes en los entrenamientos ya que guanteamos mucho y es un grupo de gente muy lindo. Sin dudas que el agradecimiento más especial es para mi familia, para mi esposa Janett, mis hijos Cindy, Alexander y Axel que son los que siempre me apoyan para que pueda seguir en esto".