El Diario "LA VOZ DEL INTERIOR" publicó un reportaje de Andrés Mooney a Fabio "la Mole" Moli, que reproducimos a continuación.
Desafiante. A los 44 años, el boxeador de Villa del Rosario sigue dando pelea. Lo espera hoy Matías Ezequiel Vidondo, ocho años menor, y el título argentino de los completos estará en juego.
El tiempo nunca fue un obstáculo para Fabio Eduardo Moli. A casi 18 años de su comienzo en el boxeo, “el Gigante de Villa del Rosario” vuelve a tener un importante desafío: a los 44, expondrá el título argentino de los completos. Hoy, en el club Talleres de Remedios de Escalada, “la Mole” intentará realizar su tercera defensa ante el neuquino Matías Ezequiel Vidondo.
Jamás le sobró nada, ni destreza para el baile ni habilidades en el ring. Pero siempre aceptó desafíos. Cuando parecía destinado a vivir del trabajo rural, este grandote se calzó los guantes y, no sin padecimientos, llegó a consagrarse campeón argentino, sudamericano y latino, además de presentarse en rings del exterior. Con igual audacia se le animó al trabajo en la televisión y al teatro. Hoy, un hombre ocho años menor que él, estudiante avanzado de medicina –ya cursó toda la carrera y le quedan algunos exámenes finales para recibirse–, le propuso otro promisorio reto. Y Moli no dudó.
– Hace rato que Vidondo te está buscando, ¿cómo te encuentra esta pelea?
–Me viene toreando hace un montón. Sabía que, tarde o temprano, la pelea se iba a hacer. Ahora, todo eso que habló quiero que lo demuestre arriba del ring.
– Tiene 14 nocauts en 15 peleas, ¿eso te condiciona de alguna manera?
– No, porque no ha peleado con grandes rivales, y esta va a ser la pelea más dura de su vida.
– ¿Cómo es levantarse a entrenar después de los 40?
– Es distinto a lo que hacía apenas empecé. Ya no me levanto a las 5 de la mañana para correr. A las 7.30-8 me despierto, me tomo unos mates con “la Negra” (Cristina Galiano, su mujer) y después salgo a trotar. Soy yo el que maneja los tiempos. Si una mañana tengo que descansar y no correr, me quedo en casa; antes me mandaba y corría aunque me doliera todo. Y la parte técnica la hago con “el Gringo” (Jorge) Dáscola, que, además de representante y promotor, es mi entrenador.
– ¿Y la dieta?
–Jamás desayuné en mi vida, a la mañana tomo mates y nada más. A las 12 sí hago una comida suculenta y como estofado, puchero, locro o milanesa. Y a la noche me tomo un té con galletitas para estar liviano al otro día.
– ¿Cómo termina la pelea hoy?
– Voy a salir a ganar, a hacerlo “bosta”, le voy a tirar para arrancarle la cabeza y voy a seguir siendo campeón.
Así es “la Mole”, directo y desafiante. Más aún después de los 40.