El diario "CLARÍN" publicó la nota a la cordobesa Dayana Sánchez que reproducimos a continuación.
Esas manos chiquitas que esta noche (22.10) buscarán atrapar la medalla de oro con los guantes puestos, antes pasaron por el salón de belleza que tienen los atletas en la Villa Panamericana. La cordobesa Dayana Sánchez (22 años) aparece con sus uñas de esmalte plateado y las algunas florcitas hechas. Es una coqueta esta boxeadora que se transforma cuando sube al ring. "Yo soy una india, ja, si tengo que quedar con un ojo hinchado, quedaré. Si me tienen que romper la nariz, me dolerá pero ya está. Esto es así, no soy modelito. Y te la tenés que bancar", dice, muy suelta de cuerpo, en la previa a su pelea con la canadiense Caroline Veyre.
Tiene una historia de vida particular Sánchez, con momentos duros y otros más felices. No le tiene miedo a nada esta corajuda, que llegó al boxeo por su padre, Hugo, de pasado amateur y profesional. A los 17 años, Dayana tuvo su pelea consagratoria. ¿En un ring? No, ¡en una esquina de General Bustos! Lo cuenta la misma protagonista: "Salíamos de un cumpleaños con mi hermana Leonela, era muy tarde, y se nos acercaron cuatro, cinco tipos para robarme el celular. Al final, terminé toda lastimada, porque uno de los flacos me contestaba, pero nos la bancamos y se terminaron yendo. ¿Y el celular? Todavía lo tengo, ja, ja."
Con esta carta de presentación, Sánchez aparece como un personaje a seguir explorando. Toda su vida giró en torno a las peleas, incluso antes de ser boxeadora. Y a su novio, según cuenta, lo conoció guanteando en el gimnasio. Tiene la mira puesta en la rival de hoy, con la que ya perdió en un fallo ajustado en el Prepanamericano de México. "Quiero ganar con claridad para no dejar dudas. Los jueces cuentan mucho los golpes arriba y los de abajo no les interesa, pero pegar en el hígado nos sirve para quitarle aire al rival", dice Sánchez, con muchísima claridad.
Desde que arrancaron los Juegos, muchos protagonistas acusaron que los canadienses se han visto favorecidos por fallos localistas, en los deportes de apreciación. Y el boxeo, como disciplina subjetiva que es por naturaleza, no quedó al margen de esta polémica. En su momento, Veyre accedió a la semifinal después de haber vencido a la portorriqueño Tapia Rodríguez con una tarjeta peculiar: un juez la vio ganar, otro la vio perder, y el restante falló empate. Este último juez, el chino Meng Wang, debió volver a fallar y ahí sí se inclinó por la canadiense: "Me enteré de lo que pasó pero, como ya dije, no voy a dejar dudas en mi triunfo".
Esta fanática de Leila Ali (la retirada hija del gran Muhammad) y admiradora de tres fajadores conocidos como el Chino Maidana, Lucas Matthysse y Jesús Cuellar, hoy tiene la gran chance de ganar la pelea más importante de su vida en la categoría ligero (57-60 kilos) "Ya le gané a la peruana López Barrientos y a la mexicana Torres, ahora quiero demostrar que puedo tener mi revancha. Yo me la voy a jugar toda, si no le tengo miedo a los hombres, mirá si le voy a tener miedo a una mujer".