domingo, 26 de julio de 2015

DAYANA SÁNCHEZ: "De Esto se Aprende Mucho"



El Suplemento "MUNDO D" de "LA VOZ DEL INTERIOR" publicó la nota (foto de la misma) de Eugenia Mastri a Dayana Sánchez que reproducimos a continuación, en la cual la cordobesa, que perdió en fallo dividido ante la pugilista local Caroline Veyre, rescata toda la experiencia acumulada para lo que se viene: los Juegos Olímpicos de Río 2016.

En esos 6,10 metros cuadrados de color celeste que marcaban el centro de la escena en el General Motors Centre de Oshawa, Dayana Sánchez entregó todo frente a la canadiense Caroline Veyre pero no le alcanzó para quedarse con la medalla de oro de categoría menor a 60 kilos de los Juegos Panamericanos de Toronto y la cordobesa se colgó la medalla de plata.
Se sabía que la cordobesa tenía que hacer una pelea perfecta para que, en un deporte de apreciación, los jueces fallaran en contra de la púgil local. Y estuvo cerca la premio Estímulo de La Voz del Interior 2010, que salió poniendo todo en los dos últimos rounds, pero no pudo convencer a los árbitros y cayó en decisión dividida.
“Tendría que ver la pelea antes de hacer un análisis. No estoy segura de cómo salió”, dijo Dayana, con su “Pachi” en la mano (la mascota de los juegos que se entrega a los medallistas) y su medalla en el pecho.
Enfundada en los colores nacionales, “Day” se mostró sonriente con su resultado que es, además, el más importante del boxeo femenino en Juegos Panamericanos.
“Desde el primer momento fue un torneo totalmente positivo para mí. Me dejó muchas experiencias. De esto se aprende mucho”, valoró la cordobesa, siempre humilde.
“Estoy contenta con el resultado obtenido en estos Juegos Panamericanos. Pero no tengo mucho tiempo para festejar, porque ya mismo estoy pensando en lo que se viene, que es la clasificación olímpica para los Juegos de Brasil 2016”, le dijo a Mundo D, sin ocultar la satisfacción de regresar a Córdoba con una presea colgada.
“El Pachi es para mi her­manita Tanya (la menor, de 16 años) y la medalla, obviamente que será para mi mamá”, dijo emocionada.
Dayana se codea con campeonas mundiales, como la mendocina Yésica Marcos, de quien fue sparring junto a su hermana Leonela.
Ella, para llegar hasta acá, hizo guantes con quien se le cruzara. De hecho, fue un varón su primer rival en un entrenamiento y hasta con su novio se enfrentó en un cuadrilátero la cordobesa para forjar su camino. Aunque ahora, con Alan Luques Castillo trata de que los momentos compartidos pasen por otro lado. “Cuando peleo, doy notas, o lo que sea, me encanta hablar de boxeo. Pero cuando no estoy en ese rol, no”, explica la medallista de plata panamericana.
Dayana tuvo en Toronto una revancha contra ella misma, después de decidir no ir a los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en los que el boxeo debutaba en su rama femenina. Ahora pudo cumplir un sueño y, además, ser la primera ar­gentina en ganar una medalla de plata (en 2011, Pamela Bena­vídez y Adela Peralta fueron bronce).
La cordobesa es coqueta, está pendiente de la moda y de su look (“Me encanta ocuparme de mí”, dice). Por eso cuida su color de pelo y debajo de sus guantes luce unas uñas impecables. Sin embargo, sobre el ring no quiere “parecer una mamita” y por eso no le molesta que le digan que se para “como un macho”. Anoche, no midió ninguna consecuencia. No le importó su rostro ni su imagen. Sólo dejó todo para ser oro, y aunque no le alcanzó, se puso su mejor ­sonrisa.