El diario "LA NACIÓN", en su versión digital, publicó la nota de Andrés Vázquez a Leonela Sánchez, que reproducimos a continuación.
El destino le hizo un guiño sutil en plena pandemia. Cuando el boxeo había entrado a formar parte de su pasado, la cordobesa Leonela Sánchez se reencontró con su pasión de una manera tan sorpresiva como gratificante, tras purgar una suspensión de cinco meses por doping. A ocho meses de haberse convertido en madre de Bastián, fue convocada por el Comité Olímpico Internacional para participar de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y se convertirá en la primera boxeadora argentina en la historia en competir en la magna cita deportiva, que comienza el próximo 24 de julio.
Los buenos antecedentes de Sánchez cosechados en el año 2019, la cancelación de algunos certámenes clasificatorios y la nula actividad amateur en el presente periodo de pandemia, la mantuvieron al tope del ranking americano confeccionado por el el Boxing Task Force (B.T.F.), ente creado por el COI para regir el pugilismo en los juegos. Al no realizarse en el mes de mayo el preolímpico mundial de París, el BTF determinó otorgar esas 13 plazas que quedaron sin disputarse a los mejores de cada continente. Ahí surgió la oportunidad para la cordobesa, algo impensado en el seno del equipo nacional, ya que en el mes de abril se barajó la posibilidad de una suspensión de cuatro años.
“No me lo esperaba, todavía no caigo. Después de haber pasado tantas cosas en tan poco tiempo, ir a los Juegos es una revancha para mi. Apenas leí la carta dije ‘voy’, pero con el correr de los minutos y viendo al bebé sentí que debía pensarlo más fríamente y consultarlo con mi familia y mi equipo. Y fueron ellos los que me dieron el apoyo necesario para convencerme que vale la pena hacer el esfuerzo para ir. No hubiese sido bueno lamentarme por la chance que tuve y no acepté”, se abre Leonela ante "LA NACION".
La maternidad, una inactividad que lleva ya 18 meses y la ausencia de su nombre del ambiente boxístico hicieron suponer a muchos que para La Monito Sánchez las batallas de los puños habían terminado en el mismo momento en que se conoció la noticia del doping, en enero del 2020. Sin embargo, la postergación de los Juegos y la cancelación de los clasificatorios la colocaron ante la inmejorable posibilidad de ser una de los cuatro representantes del boxeo nacional en Tokio 2021. “Este virus se llevó a mis tíos hace poco, es difícil agradecer mi clasificación a un juego Olímpico en este contexto”, comenta con dolor Leo.
En diciembre de 2019, ella y su hermana Dayana (60 kilos) dieron positivo de furosemida en un control realizado en Buenos Aires. La confirmación del doping llegó el mes siguiente y desde entonces, no volvieron a boxear. “Fueron días muy duros los que pasamos con mi hermana. Ella siguió entrenando, pero yo, con el embarazo y el posterior nacimiento de Bastián, no hice nada. Estuve mucho tiempo decepcionada y dolida por como se nos trató. Pero apenas este lunes entré al gimnasio volví a sentir la adrenalina que genera boxear y mucha felicidad. Fue como encontrarle un sentido a todo. Tengo 35 días para ponerme lo mejor posible”, admite Leonela.
Hasta el domingo, cuando recibió la nota enviada por la Federación Argentina de Box con la novedad, Leonela estaba enfocada en su familia, en la construcción de su casita y en su nuevo emprendimiento comercial: la venta de ropa. Al no percibir más la beca del Enard y Secretaría de Deportes de la Nación e imposibilitada de boxear por la sanción, ese fue su único sustento económico. “Por suerte me estaba yendo bien y no tenía casi tiempo en pensar cuándo volvería a boxear. Pero con esta invitación el entusiasmo volvió. Tengo muchas ganas de entrenar y hacer el esfuerzo de llegar de la mejor forma a Tokio”, expresa la "Monito", que está ubicada N° 1 en el ranking americano y 10 en el mundial de la categoría hasta 57 kilos.
A poco más de un mes para el inicio de los Juegos, la joven cordobesa ya comenzó a contrarreloj la puesta a punto para bajar los 10 kilos que la separan del límite de su peso competitivo (57 kilos). Sin abandonar las tareas y obligaciones maternales, ya que todavía está amamantando a su bebe, se somete a tres sesiones diarias de entrenamientos en el gimnasio Rafael Nuñez, de la Docta, bajo la supervisión de Virgilio Arauz, su técnico, y Bocha Borda, su preparador físico. “Sacamos cálculos y voy a llegar bien con el tema del peso, pero todo lo otro requiere tiempo. En estas condiciones estoy lejos de ser candidata”, cuenta.
Si bien todavía no sabe qué día deberá sumarse a la concentración con el resto del equipo nacional, en el Ce.N.A.R.D., Leo tiene pensado realizar la parte dura de su preparación en Córdoba. “Ya avisé a la F.A.B. que debo entrenar acá porque mi bebé tiene ocho meses y todavía lo estoy amamantando. Este proceso lo voy a hacer con él al lado hasta que llegue la hora de viajar”, comenta Leo, que afrontará la primera competencia de su carrera sin la compañía de su hermana Dayana.
Con 26 años, a Leonela le cuesta poco escaparse de la timidez y soltar sus pensamientos en forma de palabras, como expresar lo mucho que le cambió la vida ser madre de Bastián y lo difícil que será estar alejada de él por varios días. “Va a ser muy duro, pero no más que otras cosas que viví. No quiero imaginarlo. Espero no llorar demasiado”, comenta la campeona Panamericana de Lima 2019.
Sin vergüenza de los errores del pasado y muy tranquila de lo que le depararán los próximos días, Leonela Sánchez deja ver en el tono de su voz la ilusión que la invade por clasificarse a los Juegos. No siente la presión que si pudo tener en condiciones normales.”Estoy muy contenta. Pensaba que me iba a quedar esta meta pendiente, que no la iba a cumplir nunca... Ahora tengo que dejarlo todo para que me vaya bien”, reconoce la cordobesa, a quien el destino le hizo un sutil guiño y podrá cumplir su sueño olímpico cuando el boxeo comenzaba a ser parte del pasado.