El suplemento "MUNDO D" de "LA VOZ DEL INTERIOR" publicó la nota de MARÍA EUGENIA MASTRI a Leonela Sánchez, que reproducimos a continuación.
Tras el doping y ser madre, la boxeadora cordobesa estaba vendiendo ropa y alejada del ring y el gimnasio, pero recibió una invitación para competir en los Juegos Olímpicos y la aceptó. Era su “sueño”.
No le esperan días fáciles a Leonela Sánchez. Pero qué le van a hablar de ella de situaciones complicadas...
Mientras confirma con total tranquilidad que “sí”, que irá a los Juegos Olímpicos de Tokio, trata de abarajar en el aire un vaso de vidrio que su hijo Bastián (ocho meses) tiró de la mesa. Falla en el intento pero está convencida que no fallará en su anhelo de cumplir su sueño y ser olímpica.
A la boxeadora cordobesa le llegó en la noche del domingo una invitación del Comité Olímpico Internacional -a través de la Federación Argentina de Box- para competir en la categoría hasta 57 kilos en Tokio 2020 y este lunes debía confirmar si aceptaba o no. Después de reunirse con su equipo de trabajo de toda la vida, “la Monito” dio el sí y se sumó de manera oficial a la delegación argentina que irá a Tokio, con lo que se convertirá en la primera boxeadora olímpica de nuestro país.
Pero antes deberá bajar nueve kilos y ponerse en forma física y técnica para encarar semejando desafío.
“Resolvimos que sí, que voy a llegar; que voy a ir”, avisa la campeona panamericana en Lima 2019.
DE NADA A TODO
Hasta el domingo, cuando recibió la invitación, Leonela estaba enfocada en su familia y en su nuevo emprendimiento: la venta de ropa. Desde hacía poco más de un mes el boxeo era una cuestión periférica en su vida.
“Iba, venía, llevaba y traía bolsas. Me estaba yendo muy bien”, cuenta “la Monito”, que después de consagrarse campeona panamericana en Lima parece haberse subido a una montaña rusa de emociones.
En diciembre de 2019, ella y su hermana Dayana (60 kilos) dieron positivo de furosemida en un control realizado mientras se entrenaban con el seleccionado argentino en Buenos Aires. La confirmación del doping llegó el mes siguiente y desde entonces, las cordobesas se bajaron del ring.
En octubre de 2020, la boxeadora dio a luz a Bastián, y después de demostrar que habían consumido unos quemadores de grasa que contenían el diurético (sustancia prohibida porque puede servir para esconder otras drogas), debieron esperar hasta diciembre para conocer su sanción: una pena de 5 meses lejos de los cuadriláteros a partir del 30 de ese mes.
Con el objetivo de volver a pelear y hacerse profesional, Leonela volvió a entrenarse en enero de este año. “Yo estaba re enfocada entrenando a full, pensando que la sanción se me cumplía el 31 de mayo, y en junio o julio ya iba a estar peleando de nuevo. Pero en abril me llegó una carta de la W.A.D.A. (Agencia Mundial Antidopaje, por sus siglas en inglés) diciendo que la sanción se iba a extender a cuatro años y ahí dije ‘Chau, no boxeo más’. Y salí del gimnasio”, relata, como en un capítulo más de su película.
La número 10 del ranking mundial y líder del ranking continental, sin embargo, no se quedó de brazos cruzados. “Respondimos a esa carta, presentando nuestra situación. Ya teníamos la sanción apelada, las pruebas presentada... A la sanción de los cuatro años se la tuvieron que guardar en los bolsillos”, celebra.
EL SUEÑO OLÍMPICO
“Desde que entré a la selección mi sueño era ir a unos Juegos Olímpicos, pero no se daba por el simple hecho de que mi categoría no era olímpica. Después, en 2019, cuando se hizo olímpica, pasó lo del doping y dije ‘Ya está. No va a haber sueño olímpico. Ya pasó’”, reconoce la cordobesa.
Sin embargo, la pandemia del coronavirus motivó la postergación de los Juegos y “la Monito” tendrá su chance de ser olímpica. “Jamás me imaginé que podía estar ahí”, asegura.
“Estoy contenta. Pensaba que me iba a quedar esa meta pendiente, que no la iba a cumplir de acá a tres años... Y me pasa esto. Todavía no caigo”, reconoce la cordobesa, que fue a las fuentes para saber si está o no para ser olímpica.
“Me junté con ‘Pato’ (Virgilio Arauz, su entrenador de toda la vida), ‘Bocha’ (el preparador físico Hernán Borda) y ‘Tato’ (Gabriel Córdoba, también entrenador). Quería saber cómo lo ven ellos. Y resolvimos que sí, que voy a llegar, que voy a ir a Tokio”, cuenta y contextualiza: “Yo dejé de entrenar en enero de 2020. No guanteé más; estoy arriba con el tema del peso, y mal con la la distancia y la parte física... Sacamos cálculos y llegamos bien con el tema del peso, pero todo lo otro requiere tiempo. Vamos a tratar de meter guanteo desde esta semana. Vengo sin nada, y meterme de lleno es una cosa de locos”.
Realizará todo el trabajo en Córdoba. “No puedo ir a Buenos Aires porque el gordo sólo toma pecho. E ir con él es mucho lio. Acá tengo a disposición el gimnasio Nuñez y ahí trabajaré”, avisa.
- ¿Cuántos kilos tenés que bajar?
- Nueve.
- ¿En cuánto tiempo?
- Cuarenta días.
- ¡¿Vas a bajar nueve kilos en 40 días?!
- Sí, sí. Porque estoy entrenando en triple turno: mañana, tarde y noche. Para la semana que viene ya tengo que perder cinco... un kilito por día. Sí, sí. Lo tiro.- ¿Ya has tenido esas pérdidas tan bruscas de peso?
- Sí, sí. Cuando era 54 kg la categoría lo hice.. Siempre respondí bien. He pasado por situaciones así, en las que me he jugado la cabeza. Y varias veces. Habrá que ver cómo respondo ahora.
- Dijiste que después de la sanción no volverías a la selección, ¿ir a los Juegos Olímpicos te hizo cambiar de parecer?- Me quedó eso pendiente y tengo la posibilidad ahora de ir. Yo voy porque me lo gané solita.
Para leer la nota en la publicación original: Leonela Sánchez, a Tokio 2020: “Jamás me imaginé que podía estar ahí”