El sitio web de "SHOWSPORTS" publicó la nota a Carolina Gutiérrez, cuyos conceptos principales reproducimos a continuación (Foto del mismo medio).
En una emotiva charla, la cordobesa habló con Laura Loforte y contó su historia de vida. Además, recordó sus experiencias en el boxeo.
A pesar de que fue campeona argentina y del mundo, el máximo logro de Carolina Gutiérrez es haberse levantado después de cada golpe que sufrió dentro y fuera del ring. “La vida te lleva a aprender las cosas por la fuerza. Cuando te rompes la cabeza contra la pared, la voluntad interna te hace traspasarla. Las personas no tenemos ningún impedimento”. Esa filosofía aprendida en el boxeo, la traslada a su rutina diaria. Además, reconoce que el único camino que conoció siempre es el de “no bajar los brazos. La mayor derrota es quedarse en la casa llorando y lamentándose, hay que sonriendo”.
“Chapita” contó como nació su pasión por el pugilismo desde su niñez y adolescencia. “Cuando estaba terminando la secundaria hacía vóley y por una cuestión de horarios empecé a practicar boxeo, se puede decir que el deporte me buscó a mí. También estudiaba para ser piloto de avión, pero cuando la “Tigresa” Acuña compitió en Estados Unidos y en Argentina se profesionalizó el boxeo a nivel femenino, sentí que era el puntapié para dedicarme de lleno a eso”. “A pesar de que mi mamá no quería que deje el estudio, mi papá me apoyó mucho, de chica veíamos a Monzón juntos. Mi vieja se enteró por el diario que era boxeadora”, contó entre risas.
La cordobesa tiene una familia muy numerosa integrada por 15 hermanos, 24 sobrinos y 27 sobrinos nietos, sin embargo, se mantienen muy unidos. “Cuando éramos chicos, mis hermanos y yo íbamos de vacaciones todos juntos en un camión. Recuerdo cuando se casó mi hermana en Cruz del Eje y pusimos unos colchones en la parte de atrás para viajar todos juntos”.
“El título mundial fue un premio y un reconocimiento a tantos años de esfuerzo. Hasta el día de hoy sigo recibiendo el cariño de la gente. Todas las mañanas que me levantaba a entrenar y tantos viajes, fueron recompensados cuando levanté el cinturón para arriba, me di cuenta de que todo valió la pena” recordó muy emocionada. También, contó cuales fueron sus sensaciones luego de su retiro profesional el 23 de octubre de 2015. “Cuando uno hace lo quiere y lo que le gusta, el dolor de dejar no es tanto. Yo me estaba poniendo grande, tenía más de 40 años y se complicaba el entrenamiento, además tenía ganas de ser mamá. El boxeo te enseña a ser fuerte, si me dio tanto porque me iba a privar de cumplir el deseo de ser madre. Por eso no sentí tristeza cuando me retiré, al boxeo lo voy a llevar siempre”.
“Chapita”, que perdió a su papá y a sus dos hijas que nacieron prematuras, reconoce que su mayor lucha fue levantarse y tratar de superar esos difíciles momentos. “Hay que seguir adelante. Creo mucho en Dios y se que nos pone obstáculos en la vida para que los superemos. Siempre trato de poner buena cara y contagiar buen humor, no hay que quedarse triste, hay que salir a pelear”. También reconoció que no va a bajar los brazos y que va a seguir luchando para poder ser madre.
Por último, en el marco de su trabajo dentro de la Agencia Córdoba Deportes, relató cual es el objetivo que tiene con las mujeres cordobesas que quieren practicar boxeo. “En mi época las chicas eran vistas con otros ojos, por suerte hoy las cosas cambiaron. Siempre trató de inculcarles que el boxeo es el arte de pegar y no dejarse pegar, pero no hay que maltratar al rival”. “El boxeo es muy psicológico, cuando te paras frente a la bolsa sentís convicción, eso les sirve a las mujeres. Hay que incentivar y capacitar para que se sientan convencidas de defenderse en cualquier ámbito de la vida”.