"EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS" publicó la nota de Gustavo Ferradans a José “Puro” Paz que reproducimos a continuación.
Habla tranquilo y es de pocas palabras, pero justas. A la hora de entrenar, lo hace en silencio y sin pausas, exigiéndose cada día. Trabaja por un sueño, llegar lo más lejos posible en el boxeo; es José Carlos Paz, pero si lo cruzas por la calle, llámalo por su seudónimo: “Puro”, para que sepa que se trata de él. Ese apodo le quedó por una ocurrencia de un tío que también fue boxeador y que lo “bautizó” casi desde que estaba en la cuna. Desde entonces, y ahora un poco más por su ascendente carrera, para todos es “el Puro” Paz.
De familia de boxeadores, este púgil de 27 años, pupilo de Leonardo Rivera, buscará este sábado en el Anfiteatro Municipal el título Mundo Hispano, en poder del catamarqueño Carlos Saúl Chumbita. Al mismo tiempo, se le cumplirá uno de los sueños que supo programar en su imaginación en alguna jornada de entrenamiento hace algún tiempo: estar en una velada en la ciudad que adoptó para vivir y ser protagonista de la pelea preliminar a la de un título del mundo. Con el “Puro” Paz, EL DIARIO dialogó ayer extensamente de la pelea, de su historia y de su vida y sus sueños.
- ¿Cómo estás?
- Bien, dentro de un rato vuelvo al gimnasio, fui esta mañana cerca del mediodía y por la tarde tengo que volver a hacer mi tercer turno de entrenamiento.
- ¿Ya entraste en el tiempo de descuento para esperar la pelea del sábado?
- Sí; estamos laburando con Leonardo (Rivera) más liviano, casi todo suelto, ya estamos en categoría, yo siento que vengo bien. Por ahí no me quiero apurar porque soy de recuperarme rápido y subir algunos kilos con posterioridad al pesaje.
- Hubo una confusión en referencia al título en disputa, en la que quedamos atrapados varios periodistas. Al final, ¿cuál es el título que esté en juego el sábado?
- Es el título Mundo Hispano. Me da lo mismo el título Fedecentro, que es de la Asociación Mundial (A.M.B.); Latino, que es de la Organización Mundial (O.M.B.), o Mundo Hispano, que es del Consejo Mundial. Son todas entidades reconocidas, eso es lo importante.
- Has visto videos de tu rival?
- Lo he visto en varias peleas, sobre todo con rivales que han peleado contra mí. Chumbita es un boxeador fuerte, boxea bien y tira muchos golpes. Le gusta prenderse y eso me va a favorecer. Habitualmente, viene continuamente a buscar la pelea.
- Por tus características, eso es algo que te puede favorecer.
- Me busca cuando me vienen a buscar. Prefiero eso para no desacomodarme si soy yo el que tiene que buscarla. Va a ser un rival duro, por sus características.
- Hoy con Internet no hay sorpresas y podés conocer de otros boxeadores. ¿Sos de mirar por Internet a tus futuros rivales?
- Sí, siempre miro videos de mis rivales, pero Leonardo (Rivera, su entrenador) los ve cien veces. El me aconseja sobre mi rival y yo me grabo cada consejo. Es él quien planifica cada pelea.
- ¿Ya hablaron del plan de pelea?
- No sabemos que va a hacer él, siempre le gusta prenderse, supongo que hará lo mismo. Estoy seguro que va a ser una pelea larga. Yo me siento bien, estoy recontento porque peleo en Villa María y porque llego en un gran momento. Tengo un rival duro, pero me da más ánimo para entrenar. Estoy listo para pelear 10 rounds.
- A pesar de que la gente te va conociendo como boxeador, sabe poco de vos. ¿Qué me podés decir?
- Estoy casado con Laura, con quien tengo tres hijos. Nos casamos hace dos años, aunque estuvimos conviviendo siete. Nos fuimos a vivir juntos a poco de conocernos. Ella tiene 26 años. Mis hijos tienen 9, 6 y 2, la más chica es la nena.
- ¿Tuviste la posibilidad de estudiar?
- Hice hasta segundo año de la secundaria. Mi viejo no podía seguir mandándome porque teníamos problemas económicos. Entonces empecé a cortar el pasto o hacer trabajos de albañil junto a mi hermano. En ese tiempo nos habíamos ido de Pozo del Molle y vivíamos en Villa Carlos Paz. Con lo que ganábamos, ayudábamos a mis viejos. Eran tiempos malos. Luego nos volvimos a Villa María y al tiempo ellos decidieron irse a Las Varillas, pero yo opté por quedarme acá. Con mis padres viven mis dos hermanos, un varón de 26 y una mujer de 25.
- Tenés una familia de boxeadores...
- Sí. Mi papá es entrenador en Las Varillas y tiene muchos pupilos de Las Varas. Mi tío, al que llamamos “Cepillo” Paz, también fue boxeador amateur, era noqueador, pegaba como un caballo, según me cuentan, y le ganó por nocaut al “Gringo” Sena. El fue quien me puso “Puro” y el apodo me quedó para siempre. Mi hermano Oscar también pelea y debutará como profesional en junio. Mi primo hermano es Horacio Centeno, con el que nos ayudamos siempre. La mamá de él es hermana de mi papá y Mario, el otro hermano de mi papá, fue boxeador también y era pupilo de Alcides Rivera.
- ¿Cómo fue tu campaña como amateur?
- Hice 45 peleas y perdí una sola, justamente con el “Pony” Garay, al que le gané en diciembre el título Provincial. Empaté cinco o seis y a las demás las gané a todas. Unas 10 u 11 fueron por nocaut o abandono. Me costaba noquear, siento que me faltaban rounds. Siempre hacía la diferencia en el cuarto asalto, cuando se terminaba la pelea. La mayoría de mis peleas ganadas antes del final fueron por abandono. Yo subo a full siempre. Sé que tengo la mano pesada, pero no es de nocaut, y voy desgastando a mis rivales.
- ¿Y tus entrenadores quiénes fueron?
- Comencé en Las Varillas, pero a las pocas peleas, tras una que hice en Villa María, me vine a vivir acá para entrenar junto a Sergio Merani. La peleé bastante, me ayudó mucho la familia de mi mujer. Fui progresando. En ese tiempo peleaba casi todos los viernes. El “Gringo” siempre me decía que me tenía que apurar por el tema de la edad. Yo estaba muy ansioso para pasar a profesional y él siempre me decía que tenía que estar listo para eso. En las últimas como amateur, me desesperé y me fui con Leonardo Rivera. Ahí entendí que tenía razón. Todo lo que aprendí fue con el “Gringo”, pero con Leo empecé a trabajar más en la parte de la defensa, retrocediendo. Antes iba a siempre al frente y me comía manos que podía bloquear. Me tenía una confianza enorme y sentía que en algún momento se iba a cansar y lo iba a acostar. Me pasó en todas las peleas. Sentía que me faltaban rounds para ganar esas peleas cuando era amateur. Siento que Leo (Rivera) puede llegar a ser como su tío (Alcides Rivera), lee y estudia mucho, siempre se compra un libro para seguir aprendiendo. También sabe hablarme.
- En tus comienzos, cuando decidiste quedarte en Villa María, hubo gente que te ayudó mucho...
- Sí, entre otros, Carlos “Charlie” Ramadori, él siempre me dio laburo, si faltaba a laburar, me llamaba para preguntarme si estaba bien, él se portó como un padre. Hace unos meses que no lo veo, pero siempre se portó bien, otras veces me daba algunas changas y me pagaba un poco más, todo para ayudarme. “Charlie” siempre me aconsejaba. Lo primero que me dijo fue “apenas tengas unos pesos, hacete la casa, comprate un lote y la hacés de a poco”. Yo alquilo y siempre pienso en su consejo.
- Hay un dato tuyo que figura como erróneo en todas las páginas de récords de boxeo. En todas dice que naciste en 1990 y que tenés 23 años, pero no es así.
- Sí, hay un error. Yo nací en 1986. Tengo 27 años, no 23. Pero hoy me siento espectacular, mejor que nunca. Mucho mejor que cuando tenía 22. Estoy más concentrado, es diferente, me siento más maduro.
- Muchos te cuestionan que no tenés manos pesadas, pero todas tus últimas peleas, que fueron ante rivales más complicados, las ganaste por nocaut.
- Sí, es así. A la del “Pony” Garay la gané por abandono y la última, con Pablo Roldán, la paró el árbitro. Y la anterior a esas, con Rubén Cáceres, lo tiré en el primero y no se levantó.
- En tu récord no deja de ser un dato curioso que en tu segunda pelea debutaste en el Luna Park y ante un gran rival...
- Claro, ante Brian Castaño. Me llevaba el triple de experiencia y perdí. Fue un error pelear contra él en ese momento, pero me sirvió para saber dónde estaba parado en ese momento. Me di cuenta que cosas tenía que cambiar o mejorar, me sirvió para aprender. Luego de la pelea, Castaño vino y me felicitó. Me contó que lo tuve sentido varias veces durante la pelea y me dijo: “No bajés los brazos, cordobés, seguí así”.
- ¿Y la revancha con Castaño cuándo será?
- El otro día me llamaron un martes para pelear el fin de semana, por eso no acepté. Si me llaman con tiempo, unos 15 días antes aceptamos pelear con él. Yo estaba bien preparado, como siempre, pero para pelear con un rival de sus características necesito que me confirmen la pelea dos semanas antes para hacer un buen trabajo.
- ¿Cómo es un día normal de entrenamiento?
- Entreno en triple turno. Salgo a correr por la mañana, unos 45 minutos. Hoy (por ayer) hice 11 kilómetros. Al mediodía hago algo de bolsa y otros trabajos, como abdominales, durante una hora y 20 minutos. Por la tarde, luego del descanso, hago un rato de ring, esta semana todo es muy liviano. En las peleas lo que no se hizo no se puede hacer tres días antes. Uno se prepara para estar tranquilo y esperar la pelea. En el gimnasio, por la tarde, trabajo mucho con los amateurs, que tienen pocas peleas. Ellos me tiran y yo trato de boxear, esquivar”.
- ¿Pensaste que el sábado vas a pelear en el combate previo al de Omar Narváez por el título del Mundo?
- Es un sueño hacerlo, pero hasta que no suba, no lo creo. Mi señora está nerviosa, me pregunta sobre la pelea, pero yo siento que no caigo. Va a estar la televisión y sé que está andando bien la venta de entradas. Va a ser un sueño poder estar ahí.
El sábado el “Puro” irá en la búsqueda de lograr otro título, pero también con la meta de cumplir algunos de sus sueños.