El diario "LA VOZ DEL INTERIOR" su suplemento deportivo "MUNDO D" publicó la nota a Jaime Franco, que reproducimos a continuación (Fotografía de Nicolás Bravo, del mismo medio).
Dos meses atrás, en un informe de Primer plano, La Voz publicó la historia de vida de Jaime Franco (23), uno de los tantos boxeadores amateurs locales, quien, sin ver una moneda, intenta hacerse un nombre en este sacrificado deporte, para escaparle a un seguro destino de marginación y vulnerabilidad.
Jaime, apodado “Risa” en el ambiente de los “narices chatas” porque se ríe aún en el fragor del golpe por golpe de los combates, trabaja desde primera hora de la mañana en un cortadero de ladrillos de Los Boulevares, en la Villa Los Cortaderos, metiendo la mano en el barro y moldeando bovedillas, para procurarse el sustento que le permite sostener a su esposa Sol, a sus dos pequeños hijos (4 y 3 años) y al que viene en camino.
Pero aún con semejante responsabilidad, Jaime se hace tiempo todos los días, después de las 18, cuando vuelve del cortadero, para entrenarse en el club Argüello Juniors, de la mano de su entrenador y promotor, “el Maestro” Luis Olivero, con la permanente ilusión de que le surgiera la posibilidad de hacer su primera pelea como profesional y cobrar sus primeros pesos.
En el momento de publicarse el informe, el 9 de septiembre, “Risa” acababa de consagrarse campeón provincial de hasta 60 kilos y comenzaba a alimentar el deseo de poder progresar en el boxeo y anclar su ilusión de, alguna vez, vivir del deporte que ama sobre bases materiales y económicas más sólidas.
“Quiero dejar de laburar en el cortadero y vivir del boxeo. Estoy seguro de que lo voy a conseguir”, dijo en la entrevista Franco, quien no contaba con ayuda económica ni patrocinio alguno. Combatía con “botitas” prestadas porque el bolsillo no daba para adquirir un par. Pero desde que su historia trascendió en nuestras páginas, la vida de Jaime, en cuestión de días, comenzó a cambiar.
La solidaridad y la sensibilidad de los cordobeses, desde distintos ámbitos, no tardó en irrumpir en el ring de su existencia y le permite, desde hace casi un mes, dedicarse únicamente a entrenar. Ya no corta ladrillos y sólo los fines de semana suma algunos pesos más vendiendo maní y pururú.
Hoy, con la ayuda que recibió, afrontará su primera pelea como profesional, en el festival que esta noche, a las 22, se desarrollará en Argüello Juniors y en el que enfrentará, en la pelea de fondo, al púgil bonaerense Germán Rueda.
BUENAS NOTICIAS
La primera buena nueva para Franco vino de Bienestar Salud, una empresa que le ofreció un contrato de patrocinio, cobertura médica para él y su familia, ayuda económica mensual, entrega de indumentaria para entrenamientos y peleas, atención de un médico deportólogo y premios extras por cada victoria que consiga, entre otros beneficios.
Eduardo Miguel, director de la empresa, explicó a Mundo D por qué decidieron patrocinar a Jaime. “Nos interesó apoyar la carrera de Franco porque la suya es una historia de superación y lucha. Cuando leímos la nota de La Voz, vimos a una persona que con mucho sacrificio llevaba adelante su gran meta de ser boxeador profesional. El trabajo de cortador es el más importante en el horno de ladrillos, pero a la vez es agotador y desgastante. Pero Franco, sin importar la rudeza de su trabajo, seguía entrenando todos los días, llegando a ser campeón provincial amateur”.
Miguel agregó: “Nuestra empresa brinda cobertura de salud a los trabajadores ladrilleros de gran parte del país y desde hace ya unos años estamos comprometidos en la lucha contra el trabajo infantil. Franco se hizo laburando en un horno de ladrillos desde los 8 años. Nos contó su historia y nos dejó claro que no quiere que sus hijos dejen el colegio para ir a trabajar. Es por eso que decidimos apoyarlo deportivamente y proponerle que él sea la cara visible de esa lucha contra del trabajo infantil”.
La segunda vino de una lectora del diario, Paula Tania Haefeli, quien al enterarse de la historia de Jaime se puso en contacto con Olivero para comprar las botitas. Las encargó en Buenos Aires, porque en Córdoba no se venden, pagó los gastos de traslado y se las llevó personalmente al boxeador.
“Soy Licenciada en Educación y por mi trabajo siempre me vinculé a espacios, zonas y escuelas en situación de vulnerabilidad. Por eso, cuando leí la historia de ‘Risa’, se me vinieron a la cabeza un montón de historias con nombres y apellidos, de chicos y de jóvenes que intentan salir y de quienes no pudieron”, nos comentó.
“Al leer sobre su esfuerzo por sostener la actividad del boxeo con tan poco aporte material, me shockeó y sentí una gran empatía con él y con su situación. Pensé... ‘Yo hoy puedo y él lo necesita. ¿Por qué no?’ Y ahí empezó el ir y venir con el entrenador hasta que las conseguimos. Entrenaba con zapatillas. Es una manera de ayudar y de mostrar que el esfuerzo siempre vale la pena”, agregó Tania, invitada a ver el festival esta noche y a ver como Jaime estrena las botas que le regaló.
Y la tercera llegó desde el Gobierno provincial, más precisamente por parte de Alejandra Vigo, Secretaria de Equidad y Promoción del Empleo, quien le otorgó un subsidio a Olivero, presidente de Argüello Juniors, para que efectuara refacciones urgentes que necesita el tradicional y humilde club en su deteriorada infraestructura.
“Nos dieron una primera entrega de 35 mil pesos que utilizamos para colocar una bomba de agua sumergible, construir canaletas de hormigón, pilotes, hacer una cámara séptica y arreglar el hundimiento del piso en la parte de adelante del club, porque es zona de mallines. Estamos muy agradecidos”, explicó “el Profe” Olivero.
LA GRATITUD DE JAIME
El miércoles, a horas de afrontar el que será su primer combate profesional y el que espera sea el arranque de lo mejor de su carrera, “Risa” le dijo a Mundo D: “Quisiera agradecer a La Voz porque todo esto partió de su iniciativa; a Bienestar Salud por el apoyo que me están brindando para poder arrancar mi etapa profesional, por la obra social para mi familia, que la necesitaba mucho, y por haberme elegido como la cara para una campaña contra el trabajo infantil. A Tania, por las botitas, y al ‘profe’ Olivero, porque para mí es como un padre. Ahora puedo dedicarme más tiempo a entrenar y tengo que responder a tanto apoyo y confianza que me dan”.
Y no pudo hablar más, porque se quebró por la emoción. Seguro se guardó la risa para cuando esta noche suene la campana del primer round, en el ring del Argüello Juniors.