El Sitio web "Diario Sports", de San Francisco, publicó la nota al boxeador de esa ciudad Diego Luque, que reproducimos a continuación.
Luego de la séptima victoria profesional el pasado viernes en nuestra ciudad Diego Luque dialogó con DIARIOSPORTS.COM.AR sobre su gran presente en el boxeo y el sentimiento de pelear ante su gente.
- Diego, ¿Cómo viviste tu séptima victoria?
- Trataba de buscarle la vuelta, de caminar porque soy de brazos cortos. Se movía muy bien, se encimaba muy en contra de mi cuerpo. Me metió un cabezazo en la nariz sin intensión. Buscaba estar tranquilo, intentaba enganchar una mano plena para tumbarlo, pero no pude conectar ninguna de lleno, porque todas las acompañaba bien con cintura. Le enganché una sola que fue con la que lo llevé a la lona. Quería regalarle un nocaut a la gente, esas cosas me tiran mucho.
- ¿Te fuiste conforme?
-Me fui muy conforme, uno siempre que gane le hace bien, lo demás se aprende, se practica en el gimnasio. Me sentí más potente que él. Yo la verdad nunca sentí una mano fuerte de su parte.
- ¿Fue una de esas peleas que ayudan a crecer?
- Sin duda. Pelea tras pelea uno va progresando, va ganando más confianza más soltura y velocidad. Esto te sirve desde los psicológico y lo anímico. Peleé los cuatro round bastante exigidos. Estuve bien de aire, pero trabajé bastante. Trate a cada momento de estar tranquilo pero buscar el nocaut, pero el rival era muy fuerte.
- ¿Qué viene para el futuro?
- El mes que viene estaré peleando en el Orfeo. Ojala se de así. Lo importante es tener continuidad. Cuando te paraste, te atrasaste. Hace desde el 2006 que hice mi primera pelea amateur que no paro.
- ¿Agradecimientos?
- Quiero agradecer a la Municipalidad de San Francisco por su apoyo, a mis compañeros del gimnasio que guanteo con ellos y me dan una mano grande. A mi familia, mi señora y mis dos hijos Cindy y Axel. Mi mamá que vino a verme por segunda vez, y cuando terminó la pelea tenía los ojos llenos de lágrimas. Y sobretodo le dedico la pelea a mi viejo Ricardo Aquino, que hizo cinco meses que se recuperó del alcohol, que para mi es un regalo gigante.