El sitio web "Cancha Llena" publicó hoy una nota de Mauricio Giambartolomei sobre las chicas del Seleccionado Nacional Amateur Femenino, que entrenan en el CeNARD, la que reproducimos a continuación.
La cumbia de Néstor en Bloque suena en el grabador ubicado en un rincón del gimnasio, cerca de la pequeña tribuna y debajo de un puchingball desinflado. Sobre un lateral, a lo largo del salón, cuelgan ocho bolsas de boxeo de diferentes tamaños y suenan los golpes plaf, plaf, plaf , pesados, como perezosos. "¡Tiempo!", grita el profesor y las tres chicas comienzan a bailotear frente al espejo. Perfeccionan su técnica dando saltitos sobre la alfombra azul que se ve levantada en varios sectores.
Es el segundo turno de entrenamiento del Seleccionado femenino de boxeo en el gimnasio del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), donde las púgiles se preparan para afrontar los próximos desafíos: torneos Panamericanos, la clasificación al Mundial y el pasaje a los Juegos Olímpicos de 2012. En el predio de Crisólogo Larralde cinco chicas de diferentes provincias viven y se entrenan con un programa de primer nivel que rescata los valores del amateurismo dentro de una especialidad que quedó atrapada en las luces del profesionalismo, la televisión y la fama.
Paola Benavídez, Yanina Benavídez, Claribel Cruz, Celeste Peralta y Violeta Sanchez repiten la rutina de lunes a sábado. Se levantan a las 8, salen a correr, hacen bolsas en el gimnasio, almuerzan, duermen la siesta y vuelven al gimnasio. Veinticuatro horas pensando en boxeo. "La diferencia entre entrenarse acá y en mi barrio es el compañerismo. Te dan ganas de entrenar porque somos más. La convivencia es tranquila", dice Celeste que se prepara para disputar una plaza olímpica. Londres es el próximo objetivo y dos carteles, uno de Pekín 2008, el otro con los pesos en kilos de las doce categorías olímpicas, se lo recuerdan a diario.
Las chicas golpean la bolsa y dan saltitos a su alrededor. La miran fijo, la esquivan y las caderas se balancean al ritmo de la cintura. Parece que bailan al compás de la cumbia. La figura femenina se resalta en las piernas estilizadas y los brazos que se ven fuertes, con hombros generosos y redondos.
¿Amateur o profesional? Celeste tiene a su familia en González Catán y la puede visitar los fines de semana cuando las boxeadoras tienen los días libre y dejan la pensión. Paola no puede hacer lo mismo porque el tiempo no le alcanza para ir y volver a su Chaco natal. "Ahora no sufro tanto pasar un fin de semana acá [en el Cenard], antes sí. Ya estoy acostumbrada. Termino cansada durante la semana y aprovecho para descansar, dormir, pasear por acá cerca, mirar boxeo el sábado a la noche".
Las dos llegaron al Centro de Alto Rendimiento en 2005 y están becadas por la Secretaría de Deportes. No son profesionales, pero el ingreso de una mensualidad les permite dedicarse full time al boxeo desde el amateurismo. "Cuesta mucho pasar a profesional. Todas soñamos con serlo, pero nos cuesta arrancarnos de acá porque crecimos acá. Aprendimos a defendernos solas", cuenta Peralta. "Nos moviliza aprender, ganar experiencia, el valor de la amistad, el compañerismo. Además nos entrenamos como para una pelea internacional, en mi provincia la cosa era diferente", aporta Benavídez.
Peralta tiene por delante dos Panamericanos que le pueden dar la chance de llegar al Mundial de mayo de 2012 en China y a los Juegos Olímpicos de Londres. La chaqueña ganó el Panamericano de Venezuela de este año y en octubre defenderá su título en México. También mira hacia el mundial y los Juegos. Ninguna pierde el foco de la preparación: los objetivos amateurs. Pero el salto a la fama, seduce. "Mi vida es boxear y estudiar, quiero hacerme profesional", suelta Claribel Cruz con el ímpetu de sus 18 años. "A toda boxeadora le gustaría porque tendría una chance de pelear por un título. Yo sueño con ser campeona del mundo, vamos a ver si se puede".
Una puja constante. En el caso del boxeo, como sucede en el rugby, el profesionalismo y el amateurismo no conviven sanamente. El crecimiento, algo desmesurado, de un nuevo mercado televisivo rompió la ecuación y dificulta el trabajo desde las raíces. ¿Cuál es la estrategia para que la estructura no siga deteriorándose? "Llegamos a un acuerdo con promotores y manager para sostener a las boxeadoras acá [en el Cenard] durante un tiempo y que peguen el salto más tarde. Es una lucha constante", explica Juan Ledesma, director técnico del Seleccionado Nacional.
La disputa está lejos de resolverse en el ring y, por ahora, se soluciona con un pacto entre caballeros. El cuerpo técnico del Seleccionado aún tiene la ventaja de que las boxeadoras profesionales, a pesar de ser rentadas, están lejos de convertirse en millonarias. "A las chicas las deslumbra la televisión, pero no les conviene tanto económicamente. La popularidad y el reconocimiento les llama la atención", aporta el profe. "Cuando se hace un promedio anual están muy bien con las becas comparándolas con una profesional". La diferencia, según dice Ledesma, no es de dinero porque en las peleas, hasta en las que se pone en juego un título mundial, no se cobran premios altos.