El diario "PUNTAL" en su edición digital publicó la nota a Rocío San Miguel que reproducimos a continuación (Foto del mismo medio).
Desde hace mucho tiempo el apellido San Miguel es sinónimo de boxeo, en Río Cuarto, la región y el país. Todo comenzó con el recordado Alberto, le dio continuidad Carlos y la tercera es Rocío. Con 21 años en diciembre de 2022 se recibió de directora técnica de boxeo.
Además de compartir con su papá (Carlos) ya tiene un grupo de boxeadores a su cargo.
El boxeo siempre estuvo presente en su vida, pero la decisión de tomarlo como una profesión, surgió hace poco y de una manera un tanto fortuita.
“El boxeo siempre formó parte de mi vida. En mi casa siempre hay boxeadores o estamos viajando a un boxeo. Antes acompañábamos y ayudábamos a mi papá con mi mamá desde otro lugar, cobrando las entradas, acomodando las sillas. Pero en lo que es entrenamiento y estar con él en el rincón surgió por una casualidad”, comenzó a contar la joven.
“Mi papá no tenía quien lo acompañara al sur. Pelaba Darío Balmaceda con Yamil Peralta, era en plena pandemia. Me preguntó si no me animaba y obviamente le dije que sí. Era lo que quería. Siempre le dije que lo quería acompañar en el rincón, que me encantaba. Nunca se lo tomó enserio, pero se lo decía de verdad porque siempre me gustó”, expresó.
“Pero viajar se me complicaba porque justo tenía que rendir un final el día antes de viajar. Pero las cosas se fueron acomodando solas. El final se pasó para otro día y tuve la posibilidad de poder viajar. Fue inolvidable por ser la primera vez”, agregó.
Y ese viaje significó el poder empezar a cumplir su sueño. “Dio la casualidad que en ese festival estaba la gente de la Federación Argentina de Box, eso era en marzo y el lunes siguiente arrancaban los cursos de directora técnica, jurados y árbitros. Le empezaron a joder a mi papá de que arrancara el curso de directora técnica y ahí nomás me inscribí en ese viaje. El lunes que volví de mi primer viaje estando en el rincón arranqué el curso. Fue en 2020 y en diciembre del año pasado me recibí con 21 años”, comentó.
Rocío mamó el boxeo desde que nació y por eso al momento de definirlo no duda en recalcar: “Significa mucho para mí”.
“Es una pasión y una adrenalina que no había experimentado jamás antes de acompañar a mi papá en el rincón. Caminar hacia el ring, ver que el esfuerzo de preparar un pupilo que se plasma arriba del ring valió la pena. Todo el tiempo de preparación genera sentimientos que nunca había experimentado y que no quiero de dejar de experimentar”, explicó.
A todo eso hay que sumarle que lo comparte con su padre: “Obviamente que vivirlo con mi papá hace que se doblemente especial. Nos complementamos muy bien. Trabajar con él en el gimnasio es muy lindo, con un compañerismo. Aporto ideas, él aporta las suyas y así vamos planificando los entrenamientos de todos los pupilos que tenemos”.
“Trabajamos en forma conjunta. Mi papá maneja muchos boxeadores profesionales. El viernes (hoy) debuta uno de los chicos y otros dos van a realizar su segunda pelea, la primera de local. Estoy muy contenta, aprendiendo todo el tiempo de mi papá de ellos también. Es un aprendizaje continuo porque lo ayudo con todos los profesionales que maneja”, añadió.
“Colaboro con él. Es un trabajo de todos los días. Planificamos los trabajos y por ahí trato de darle innovación a los ejercicios porque es lo que aprendí en el curso. Trato de hacer cursos de preparación física todo el tiempo para ir innovando porque el boxeo cambió desde que mi papá hizo el curso. Por eso intento de aportar mi granito de arena de la innovación”.
“En el gimnasio él es un compañero. Jamás me reta. Si me tiene que hacer algunas correcciones me las hace desde un lado muy amable porque sabe que estoy aprendiendo y le pongo muchas ganas. Es muy lindo compartir esto, aprendo mucho porque es un gran maestro”, resaltó.
Sobre la presencia de las mujeres en este deporte señaló que “en Argentina en estos años se incrementó mucho. Es algo que me alegra porque siento que las mujeres tenemos mucho para aportarle a este deporte. Hay mucho para dar y crecer profesionalmente en el boxeo femenino, siendo que hay grandes campeones mundiales que son argentinas”.
Y como en todo inicio de una profesión los sueños están presentes. Y si de eso se trata, lo hace pensando en grande. “Sueño con consagrar un campeón o campeona del mundo. Es un sueño que compartimos con mi papá de poder consagrar en la escudería San Miguel el primer campeón del mundo”.
“Otro sueño que tenía personal, porque mi papá tuvo grandes noches, era poder dirigir a alguien en el Luna Park. Y se me va a cumplir el mes que viene porque ya que Kevin Acevedo se presenta contra Junior Alanís por el título latino. Estoy muy ilusionada. No se hacía boxeo y pensé que era algo que no iba a poder cumplir”.
“También uno aspira a consagrar campeones argentinos, latinos, sudamericanos, provinciales. Poder consagrar mi primer boxeador profesional. Recién arranco en esto y ya pude lograr tener boxeadores amateurs. Quiero ir por más. Tener boxeadores profesionales que los hayamos hecho con mi papá, pero que haya aportado mi granito de arena. Eso tengo mucha fe de cumplirlo”, finalizó.