miércoles, 19 de septiembre de 2012

EL COACH MARAVILLA


El diario local "La Mañana de Córdoba" publicó una nota de Gabriel Silva a Pablo Sarmiento, el cordobés de Las Varillas, entrenador de Sergio Martínez.

Es algo así como “el Ángel de la guarda” de Sergio “Maravilla” Martínez, el flamante campeón de los medianos del C.M.B. que en la madrugada del domingo paralizó el corazón de todos los argentinos en una pelea épica ante Julio César Chávez Jr. Pablo Sarmiento, “el Hueso”, aquel que nació en la ciudad cordobesa de Las Varillas hace 41 años y que también se codeó con el éxito cuando se calzó el cinturón súper ligero de la I.B.O., es quien atiende el llamado de PODIO, recién llegado a la ciudad estadounidense de Los Ángeles.
“Te pido disculpas, pero acabo de llegar y estoy retirando los bolsos, ¿me podés llamar en cinco minutos?” se justifica con respeto en el primer contacto. Pasa el tiempo estipulado, y cuando vuelve a atender, de fondo se escucha que al mismo tiempo está hablando por otro teléfono: “Te hablo en un rato, me están llamando de un diario de Córdoba” le dice al otro interlocutor. “Te pido disculpas, pero estaba complicado para atenderte” insiste en una nueva muestra de humildad, esa que le sobra a todo el equipo del campeón.
“Los 12 asaltos, a pesar de la caída de Sergio en el final, fueron perfectos. Él en el último round salió a hacer su trabajo y Chávez logró meter una mano y tirarlo. Pero apenas se levantó me miró al rincón y supe que estaba bien, por eso se pone a intercambiar golpe por golpe. Si no hubiera estado bien, busca agarrarlo” analiza el cordobés. Luego de 11 vueltas perfectas, muchos creyeron que “Maravilla” había pecado de guapo en el último; pero Sarmiento fue el más tranquilo de todos, sabiendo que tiene códigos con el campeón que lo mantienen con más frialdad que el resto de los mortales.
“De no ser por la caída, el último asalto lo habría ganado bien. Estamos muy felices por el trabajo que hizo todo el equipo, desde la cocinera hasta el resto” asegura, afirmando así, un gran trabajo grupal detrás del triunfo individual.
Sobre la comentada revancha con el azteca, Sarmiento dejó entrever que no está en la agenda inmediata del quilmeño; en sintonía con lo que horas antes había marcado José Sulaimán, titular del C.M.B. “Ellos (los Chávez) hablaron de una revancha, pero sería otro castigo más para Junior. Quiero que Sergio baje una categoría, pelee con Canelo (Álvarez) en abril o mayo y después con Mayweather. Dos peleas más y el retiro, sería lo ideal”.
“Sergio se tendrá que operar la rodilla en los próximos días en España. A fines de octubre o principios de noviembre irá a Argentina".
Por último, recordó la anécdota del “papelito”, aquel en el que “Maravilla” había anotado el número telefónico del cordobés antes de partir a España en 2002 y el cual, encontró casi de casualidad en un bolsillo del pantalón cuando estaba dispuesto a pegar la vuelta por el mal momento que estaba pasando en la Madre Patria: “La verdad que no sé qué hizo con el ‘papelito’ (risas), lo que si te puedo asegurar que se acuerda de todo y aún tiene memorizado el número”. Esta frase, resume la historia de un tipo que no olvida sus orígenes y al cual, las luces no van obnubilar fácilmente.
En el último tiempo, Fabricio Oberto fue el embajador de Las Varillas en el resto del mundo. Con un oro olímpico, un subcampeonato mundial y un título N.B.A., el basquetbolista ex Atenas había puesto el nombre de “la Pampa Gringa cordobesa” en lo más alto. Sin embargo, en Las Vegas detrás de “Maravilla” Martínez se vio una bandera argentina en la cual se podía leer el nombre de la localidad cordobesa.
- ¿Sos más famoso que Oberto ahora en el pueblo?
- "No, no tanto. Tengo un gran recuerdo de Fabricio, compartimos muchas cosas juntos. Cuando él empezó a jugar en Ameghino de Villa María, viajábamos juntos todos los días porque yo entrenaba en el gimnasio de Alcides Rivera; así que tengo un gran recuerdo de él”.
El coach tiene más sueños y entre ellos se encuentra alcanzar a un gran entrenador: Amílcar Brusa, quien llevó a la cima a Carlos Monzón. Cuando se le recuerda que está más cerca por tener ya un campeón mediano Sarmiento vuelve a activar el “chip” de la humildad y responde: “No, falta mucho para alcanzar al Gran Maestro. Lo admiré siempre a él y a Alcides Rivera, de quien aprendí mucho”.