El sitio web de "REDACCIÓN DE ALTA GRACIA" publicó la nota de Gabriel Zuzek a Eduardo Casal que reproducimos a continuación (Foto de la misma fuente, Gentileza de Cristian Sánchez).
Con un rostro cincelado más para el modelaje que para estar arriba de un ring, Eduardo “El Niño” Casal habla directo y sin rodeos. Tiene apenas 20 años y casi la mitad de su vida se la pasó arriba de los cuadriláteros. Detrás de su permanente sonrisa, asoman la potencia y seguridad de sus palabras, que son similares a la de sus puños cuando se calza los guantes de boxeo. Después de ser multicampeón en el campo amateur, el pasado sábado 22 hizo su primer combate en el plano profesional y eligió hacerlo de local con el apoyo de su público. La velada fue en el Polideportivo Municipal y su rival lo aguantó poco más de un minuto hasta que recibió el golpe de Knock out.
“El boxeo es mi estilo de vida y es mi prioridad”, afirma Casal en diálogo con Redacción Alta Gracia y agrega: “En mi caso este deporte es un sueño en proceso; lo digo así porque para mí será un sueño cumplido cuando tenga sobre mi cintura el cinturón de Campeón del Mundo. Todos los días trabajo para eso.”
UNA VIDA EN EL RING
Casal nació en Alta Gracia y tiene que remontarse a su infancia para enlazar allí el principio de su incipiente carrera. “Me inicié en el karate de la mano de mi papá que lleva años en esa disciplina y fue mi maestro. Después a los 9 años empecé a hacer kick boxing y a los 12 comencé a practicar el M.M.A.”. El Mixed Martial Arts es lo que se conoce como Artes Marciales Mixtas y se lo nombra frecuentemente así por sus siglas en inglés.
A los 14 entró al mundo del boxeo a partir de que empezó a entrenar Adolfo “Fofi” Moreschi, también boxeador, su amigo, promotor y manager actual. “Fui haciendo las dos cosas, M.M.A. y boxeo hasta que los últimos tres años me centré solamente en el boxeo”, cuenta “El Niño” Casal.
En los jóvenes deportistas siempre surge el dilema sobre cómo repartir los tiempos con respecto a los estudios. En este punto, Eduardo Casal no es la excepción a la regla. Su decisión fue dejar el colegio cuando cursaba el tercer año del secundario y decidió viajar a Junín, provincia de Buenos Aires. Allí se entrenó durante un tiempo en el gimnasio del ex campeón mundial, el santafesino Carlos Tata Baldomir. “Viajaba todas las semanas y me alojaba en una casa de familia. Siempre prioricé mi entrenamiento y a pesar que después intenté seguir los estudios en la nocturna, fue mi excusa para abandonar el colegio”, indica el boxeador altagraciense.
APODO Y REFERENTES ACTUALES
Por lo general, los boxeadores suelen autodenominarse con sobrenombres que rozan la fiereza; basta recordar a algunos como el Roña Castro o la Hiena Barrios. “A mí me dicen “El Niño” porque cuando empecé en los gimnasios todos eran más grandes y yo era siempre el más chico”, explica Casal mientras le brota una sonrisa y agrega: “Así quedó y a mí me gusta ese apodo.”
A la hora de elegir en quien reflejarse para ir perfeccionándose cada día, Casal no viaja en el tiempo y habla de tres boxeadores actuales a los que pone como sus ejemplos. En el nivel internacional sus favoritos son el portorriqueño Félix Verdejo y el ucraniano Vasyl Lomachenko. “Uno es derecho y el otro zurdo, ambos campeones mundiales. Yo entreno pensando en ellos porque hace seis años que vengo trabajando en pelear de igual manera con los dos perfiles”. Por su parte, en el plano nacional destaca la carrera del bonaerense Brian Castaño que también llegó al título mundial interino por la Organización Mundial del Boxeo (O.M.B.).
MUNDO PROFESIONAL
El día de su debut como profesional a Eduardo Casal le alcanzó con un directo de zurda para ganarle por nocaut en el primer round al marplatense Nicolás Vargas. El expeditivo triunfo fue bastante más fácil de lo que todos esperaban. “Yo no sabía nada de mi rival y por suerte salió bien”, cuenta “El Niño” que ya tiene pautada su segunda presentación para el 26 de mayo en Buenos Aires, día en el que también peleará su amigo Adolfo “Fofi” Moreschi.
Además de entrenar todos los días de la semana, Eduardo Casal también da clases de boxeo junto a Moreschi en un gimnasio de la Avenida del Libertador. Con ese ingreso puede afrontar el alquiler de la vivienda que comparte con su hermano mayor.
En este nivel se sabe que cualquier distracción es dar ventaja a la hora de subir al ring y Casal es plenamente consciente de eso. “He dejado muchas cosas de lado y me privé de tener salidas con mis amigos”, recalca pero no se lo nota arrepentido ni mucho menos cuando asegura que “yo me levanto todos los días y soy feliz con lo que hago, eso para mí no tiene precio”.