El suplemento deportivo "MUNDO D" del diario "LA VOZ DEL INTERIOR" publicó la nota de Agustín Caretó a David Emanuel Peralta, que reproducimos a continuación. (Foto del mismo medio"
Corría sin parar, tiraba miles y miles de piñas al aire, se secaba la transpiración y seguía. Lejos de su José Ignacio Díaz Tercera Sección, el cordobés Emanuel Peralta se fue a entrenar por 40 días a Lanús, a prepararse para dar el gran golpe.
Apostó todo, como sabiendo que de un lado lo esperaba la gloria, y del otro, la desolación.
Como si se tratase de una emotiva película, al “Pirata” la vida le cambió en 12 rounds. Venció el sábado en California al excampeón pluma, superpluma, ligero y welter F.I.B., C.M.B. y O.M.B., el local Robert “el Fantasma” Guerrero. Tremendo batacazo. Llegó a tener las apuestas 70-1 en contra, pero se llevó todos los flashes.
En el día de su cumpleaños número 34, Peralta habló con Mundo D y repasó su carrera, que lo tuvo prácticamente retirado en un par de ocasiones.
Incluso viajó a Estados Unidos llevando más de un año sin pelear.
En el medio, y antes de eso, se la rebuscó siempre para salir adelante: fue changarín en el Mercado de Abasto, hizo fletes con su “viejo” Carlos y en los últimos meses se pasaba 12 horas diarias arriba de un taxi para poder sostener a su familia.
“El auto es de un amigo, yo era empleado. Se la re banca el Corsa. El móvil 1.526 supo ser mi gran compañero”, recuerda Peralta, que no se encandila con las luces y los flashes que ahora lo rodean.
“Hasta hace poco, pasé hambre”, cuenta el hombre que acaba de ganarse una bolsa de 30 mil dólares y volverá la semana próxima a Estados Unidos para realizar un entrenamiento bien riguroso pensando en algo más importante.
“Yo lo tomo tranquilo. Sigo siendo el mismo muchacho que vendía ropa en la calle, que vendió diarios, que trabajó en un lavadero. Tuve la suerte de llegar bien preparado y dar el batacazo, nada más”, sostiene Emanuel mientras los parientes se acercan para saludarlo en el día de su cumpleaños.
“La familia está más feliz que yo y me transmite toda esa alegría, así que este es un cumpleaños soñado. ‘El mejor regalo ya te lo hiciste vos, así que no nos manguees nada’, me charlan mis amigos”, cuenta Peralta entre risas.
– ¿Qué recordás de la pelea?
– Tengo recuerdos muy lindos por cómo la pasamos. Disfrutamos la estadía más allá de la victoria. Fue inolvidable. Hasta me acuerdo cuando me pidieron que elija un tema para subir al ring. “El Colo” (Darío Fernández, su entrenador) no quería saber nada porque la canción (La Meta, de La Banda de Carlitos) es “meta chori, meta vino y una caravana tremenda”. Y me decía que “eso no es para un boxeador”. Pero lo convencí de que vinimos a cumplir nuestra meta. La escuchábamos a cada rato.
– ¿Conocías Estados Unidos?
– Era la primera vez que estaba allá. Pude conocer hasta Disney World. Hubiera sido hermoso ir 20 años atrás, la hubiera pasado mejor. No me pude subir a los juegos porque “el Colo” no quería que haga nada. Me tenía cortito.
– ¿Cuán “picante” es Guerrero?
– El tipo al que le gané es un fenómeno. Es un cuádruple campeón del mundo que peleó seis veces por el título mundial. Se le paró a (Floyd) Mayweather y aguantó hasta el final. También luchó con (Miguel) Cotto y con Danny García, que lo hizo ir para atrás toda la pelea. Es un toro. Pero gracias a Dios, con el trabajo que hicimos se le pudo ganar.
– ¿Qué se te pasó por la cabeza cuando ganaste?
– Pensé en todos. Les dediqué el triunfo a Carlos Tello y a mi abuelo (Fernando “Chichino” Peralta), que están en el cielo. Mi abuelo siempre me decía que no baje los brazos, que las derrotas no eran nada. Él me recordaba que hasta (Mohamed) Alí y (Mike) Tyson habían perdido. Me enseñó que de las derrotas se aprende. Sentí que ellos dos estaban conmigo. Cuando me subieron a cococho sentí que Carlos me hablaba. Fue algo muy fuerte, me hubiera gustado pasarla con él. En mi familia lo extrañamos mucho.
– ¿Y qué sentías en la previa cuando la mayoría decía que eras un “paquete”?
– Siempre la gente de Córdoba fue desagradecida con los mismos cordobeses en el boxeo. Eso me lo enseñó el tiempo. Pero yo estaba tranquilo porque todos opinaban pero la mayoría de los que hablaban no se habían puesto guantes ni en invierno para andar en moto. Yo estaba tranquilo.
– Se te vio festejar con una bandera de Belgrano. ¿Quién te hizo “Pirata”?
– Mi viejo y mi abuelo fueron los encargados. Lástima que arrancamos con el pie izquierdo en el torneo, me enteré en Ezeiza de la derrota contra Independiente. Ahora voy cada vez menos a la cancha, pero en la B Nacional fui un montón de tiempo.
– ¿Plateísta o fanático de la popular?
– Yo siempre iba a la “popu”. Era de los que mangueaban para la entrada. Siempre volvía afónico a casa, cantaba los 90 minutos sin parar. Conozco a los muchachos de “los Piratas” y siempre que me ven me hacen pasar con ellos. Y me piden que nunca me olvide de Belgrano.
– Futbolísticamente hablando, ¿a qué se equipararía tu victoria?
– ¡Uy...! Es como si Belgrano le hubiera ganado a la Juventus.