El diario "LA RAZÓN" publicó la nota de Adriano Epiro a Alberto Melián, que reproducimos a continuación (foto del mismo medio).
Alberto Melián está preparado para afrontar un quiebre en sus segundos Juegos. “Se va a estar jugando el futuro de uno”, revela el boxeador, que confía en que la experiencia de Londres le permita dar un salto.
Una mano. Alcanza con que aparezca una mano para que la suerte cambie. Pero a veces la mano viene cambiada, como le pasó a Alberto Melián en 2012. La desorientación en el último round lo condenó frente al ruso Serguei Vodopiyanov, que caería en la siguiente instancia. Fue su primera y última pelea en Londres. Cuatro años más tarde, el cordobés se encuentra ante la posibilidad de revertir esa imagen. “En Río se va a estar jugando el futuro de uno. Podés llegar a ser un ídolo, un crack, o seguir siendo nada”, describe, con crudeza.
- ¿Cómo fueron las temporadas entre los Juegos pasados y los de ahora?
- Ya estuve en muchas competencias internacionales, en muchas partes del mundo, peleé con los mejores. En Brasil voy a salir a dar todo de mí. Sé que es la competencia más fuerte de todas. Vamos a salir a obtener lo mejor que se pueda. Porque se van a estar jugando muchas cosas importantes en ese momento.
- ¿Qué se juega?
- Como decía, en un par de minutos se define tu futuro. Igual, me veo bien. Hay que dejar todo. Es lo único que tengo en la cabeza.
Desde aquella promisoria aparición que acabó demasiado pronto, hubo mucho roce. Tanto Melián como Yamil Peralta (los únicos boxeadores presentes en la capital inglesa) formaron parte de los Cóndores, la Selección que compitió en la Serie Mundial de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (A.I.B.A.), que reúne a gigantes del amateurismo y jóvenes de incipiente carrera profesional. “Eramos nuevos y nos enfrentamos con grandes potencias, pero gracias a Dios salieron pibes que pueden decir que pelearon con Rusia de igual a igual. Creo que cuando nos vayamos, dejaremos pibes con roce para los próximos Juegos”, explica el apodado Impacto, de 26 años.
- ¿Qué enseñanzas te dejó Londres?
- Me dio toda la experiencia que después se notó. Desde que entré a la villa olímpica hasta que me fui, todo fue experiencia. Todo, todo, todo. Después fui otro boxeador. Me subo al ring con cualquier rival y digo “yo ya estuve en un Juego Olímpico”. Eso es lo mas importante. Ahora voy con otra mentalidad.
- Una medalla, un diploma... ¿A qué apuntás?
- Estoy mentalizado en ganarle al rival que me pongan enfrente, sea para obtener una medalla, sea para debutar y tratar de hacer varios combates. Estoy preparándome para dejar todo y ganarle al que esté enfrente. Trató de presionarme lo menos posible, pero sí sé que hay que salir a buscar la victoria.
La entrevista transcurre en el comedor del Ce.N.A.R.D. Son filas y filas de ilusiones que se conjugan en pasado, presente y futuro. Siempre en celeste y blanco. “No soy reconocido en el país. Sólo me conoce la gente del boxeo. Pero yo me quedé porque me gusta representar a la Argentina”, expresa Melián, que aún no sabe si habrá un cercano salto al boxeo rentado.
- ¿Por qué no te pasaste al profesionalismo?
- Yo estoy acá por la representación del país. Hoy en día podría ser profesional, podría estar peleando por un título mundial y haciendo plata... Y lo dejé de lado. Si sos profesional, representás al país, pero también a tu apellido. Esto no. Esto es representar a tu camiseta para pelear en un Juego Olímpico. Todo por competir, por representar a tu país y a tu gente.