El sitio web "GANCHO Y CROSS" publicó la nota a Roberto "Incho" Sosa que reproducimos a continuación.
Sin hacer ruido, con trabajo, dedicación y cierta dosis de boxeo atildado, Roberto Sosa se hizo un nombre en el boxeo argentino e internacional. Con varias coronas de los supermoscas en su haber, entre las que se destacan la argentina y sudamericana, un esforzado triunfo frente al ahora ex campeón mundial F.I.B., el sudafricano Zolani Tete, y dos fallidas intentonas mundialistas frente al mexicano Juan Carlos Sánchez Jr. y el japones Kazuto Ioka, "Incho" no se da por vencido y quiere más.
Y esta noche, en el estadio Aldo Cantoni de San Juan, se cruzará con el dominicano Diego Pichardo Liriano, buscando atrapar la corona latina Plata gallo del C.M.B.
Será un esperado cotejo revancha del que "la Pantera" venció, en fallo dividido, polémico y ajustado, el 14 de diciembre de 2014, con ansias de desquite deportivo para el nacido en Canals, que viene de noquear a su duro coterráneo Lucas Carranza, ex monarca nacional y sudcontinental de un par de categorías, el 26 de noviembre pasado en Isidro Casanova.
- La primer pelea fue muy cerrada. Él cayó en el último round y vos sentiste alguna de sus manos: ¿cuáles son sus falencias y qué deberás hacer para aprovecharlas y triunfar sin dejar dudas?
- Fue muy pareja. Para mí gané por dos puntos, pero no discuto el fallo. Sé que quedó abierta la posibilidad para esta esperada revancha. No creo que venga al frente, ya que su boxeo es abrir el ring y escapar. Le ganaré llevándolo y buscando meterle mis manos que lo derribaron en el último round de la pelea pasada. Él va a rajar más que la otra vez pero lo encontraré ya que estamos trabajando en el gimnasio en velocidad y con varios zurdos que cambian de guardia. Esta vez, el que ganará seré yo.
- El ránking argentino de los supermoscas está raleado: la corona la perdiste por inactividad, estás 1° y, más abajo está un retirado y varios chicos que recién se inician, entre varias vacancias, ¿cómo hacés para mantener la motivación?
- Hubo una nueva regla de la F.A.B. que propició que me sacaran el título por no defenderlo. Es respetable pero no me va que me lo hayan sacado en el escritorio sin haber recibido desafíos. Yo no tengo promotor que me respalde ni tampoco el dinero suficiente para organizar. Defendí mis cetros cuando me desafiaron. Pero ya está: hay que mirar hacia adelante y seguir peleando con los que salgan. Me motiva el hecho de pelear con los mejores del país y del exterior.
- Antes y después de Ioka buscaste encontrar rivales de fuste para ganar en roce, en tus victorias frente a Carlos "Bad Boy" Ruiz y Carranza, el empate con Javier Chacón, y la citada caída contra propio Pichardo, ¿ellos serían tu próximo norte o te la jugarás a conseguir una nueva chance en el exterior en este año?; ¿cómo encararías esos hipotéticos combates?
- Pasando esta pelea le apunto a una chance afuera. Pero no desestimo volver a pelear con los que nombraste: son todos potables para un desquite. Y para vencerlos debo ser yo, "el Incho". No traicionar mi boxeo e ir a buscar la pelea desde el arranque.
- Tras dos fallidas intentonas ecuménicas y la ausencia de apoyo económico, pensaste en retirarte luego de un largo camino recorrido: ¿cómo hiciste para continuar en la brecha?
- Sigo soñando, el físico me da. Me gusta entrenar como a un pibe de 20, hago vida de familia y soy un profesional. Quiero una nueva chance mundialista y ¿por qué no? ganarla. El que no sueña con pelear y ganar un título mundial, no está para subirse a un ring. Ojo que había perdido la motivación y no le encontraba el sentido. Iba a entrenar por obligación. Ahora distinto, recuperé las ganas porque sé que puedo volver a intentarlo. Entendí que la motivación principal es que el que está enfrente le quiere sacar la comida a tus hijos y actuar en consecuencia.
- ¿Cómo te estás sosteniendo económicamente peleando de tanto en tanto?
- ¡Ufff! Se hace duro vivir en Buenos Aires. La plata casi nunca alcanza. Más, si no peleo seguido y tengo que pagar el alquiler y todos los gastos. Tengo mi señora y mis tres hijos que me apuntalan en el día a día y doy clases de boxeo a gente importante. Además tengo como sponsor a Atilra (Sindicato de la Industria Lechera) desde el 2000, más el acompañamiento de “Pulver”, que me brinda los suplementos dietarios y las vitaminas que son carísimos. Pero se hace difícil.
- ¿Cómo te ves el día que bajés definitivamente del ring?
- Seguiré ligado al boxeo, le tomé el gustito a dar clases. Proyecto mi gimnasio, tener mi escuela de boxeo en mi casita de Ranchos. Extraño Canals, pero me acostumbré a estar acá. El refrán lo dice bien claro: Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires.
- Con tu larga carrera, ¿no pudiste hacer tu casa?
- Invertí lo que gané con Ioka, en comprar un terreno en Ranchos, donde solamente me faltaba el techo para terminar mi casa. Pero como estuve un año sin pelear, debí derivar parte de ese dinero para comer y, al no poder seguir construyendo, tuve que descuidarla y me la tiraron abajo.
- ¡No se puede creer!
- La vida es así: hay que seguir. Hay superar los obstáculos en el camino, apretar los dientes, agachar la cabeza y salir adelante.